"A Ilha da Magia" 20 años después (by Laura Meléndez)
Hacía 20 años que no iba a Florianópolis. Y debo confesar que varias cosas me sorprendieron más allá de los aspectos estrictamente turísticos y de que no llovió durante mi estadía. Una de ellas fueron los precios, con un real en caída (cambié en Montevideo a $ 8,50 por cada real), lo que colaboró a elevar la primera imagen que uno se lleva del lugar. Otra cosa que captó mi atención fue el sistema público de transporte que permite moverse por las distintas zonas de la isla de forma rápida y fácil. Consta de cinco intercambiadores que funcionan como un relojito, están bien pensados y son muy utilizados por locatarios y visitantes para moverse por la isla descongestionando las rutas de automóviles, que por otra parte son, en su mayoría, 0 Km. Pero quizás lo que más me sorprendió fue el ritmo, el nivel (y también algunos precios) de las construcciones.
Hacía 20 años que no iba a Florianópolis. Y debo confesar que varias cosas me sorprendieron más allá de los aspectos estrictamente turísticos y de que no llovió durante mi estadía. Una de ellas fueron los precios, con un real en caída (cambié en Montevideo a $ 8,50 por cada real), lo que colaboró a elevar la primera imagen que uno se lleva del lugar. Otra cosa que captó mi atención fue el sistema público de transporte que permite moverse por las distintas zonas de la isla de forma rápida y fácil. Consta de cinco intercambiadores que funcionan como un relojito, están bien pensados y son muy utilizados por locatarios y visitantes para moverse por la isla descongestionando las rutas de automóviles, que por otra parte son, en su mayoría, 0 Km. Pero quizás lo que más me sorprendió fue el ritmo, el nivel (y también algunos precios) de las construcciones.