Con más de 100 años de historia y una cultura organizacional en la que, para garantizar una mejor calidad de vida, el paciente es el foco y centro de todo, Ottobock ha sabido construir el éxito de su negocio -muy particular en el área de la salud- en base a calidad, innovación y tecnología, pero fundamentalmente en base a la pasión que le ponen a la calidez y calidad humana.
Líder en el mercado protésico mundial -cuyas operaciones inician en Alemania en 1919-, desde Ottobock sostienen que la mejor medición o estudio de mercado que la compañía tiene está en la sonrisa de satisfacción de sus usuarios. Es decir, cuando una persona llega con la amputación de una de sus piernas o brazos, la empatía es fundamental para que esa persona gane en calidad de vida.
Con esto como base y más de 40 años de presencia en Uruguay, Ottobock inauguró ayer su nueva sede en el país, en la que no solo tendrá sus oficinas sino también talleres y centro de rehabilitación.
“De algún modo es el desembarco definitivo de Ottobock en Uruguay”, dijo Marcelo Cuscuna a InfoNegocios, agregando que “sin contar equipamiento, que ya estaba en el país, la inversión en el reacondicionamiento del lugar, que tiene unos 500 m2, fue de unos US$ 500.000”.
Según recordó el presidente regional de Ottobock Latinoamérica, la firma tuvo su primera oficina en el país -en World Trade Center- en 2016, creciendo permanentemente desde entonces hasta llegar a este punto, “que es más como una reapertura de la empresa en Uruguay”.
Cuscuna dijo que para quienes están en el tema -ortopedias y pacientes- el nombre de Ottobock no es nuevo, sin embargo para muchos otros sí lo es y es importante señalar en ese sentido que la firma tiene presencia en más de 55 países con subsidiarias propias -en Latinoamérica tienen oficinas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México y ahora Uruguay-, con un portafolio de productos muy variado, en el que se les brindan a los pacientes todo tipo de soluciones de movilidad, desde las más básicas con la menor tecnología hasta las más complejas y avanzadas, según las patologías.
“El 70% del negocio de Ottobock está en las prótesis ortopédicas, luego sigue ortesis y por último el negocio de sillas de ruedas, que en algunos países funciona más que en otros, como por ejemplo Argentina o Chile van muy bien, pero en México sin embargo no se vende una sola silla de ruedas”, sostuvo Cuscuna.
Sin duda los números de una empresa de este tipo son muy sensibles, “y más cuando son números complejos -dijo el presidente regional de Ottobock Latinoamérica-, porque no hay estadísticas de qué cantidad de personas han sido amputadas”.
“De hecho -agregó Cuscuna-, uno de los objetivos de Ottobock es trabajar siempre con los gobiernos nacionales para generar estadísticas. En este caso en Uruguay estamos trabajando mucho con el Ministerio de Desarrollo Social”.
Otro de los objetivos de la compañía es trabajar en la educación profesional, dado que forma parte de la cultura de Ottobock profesionalizar y entrenar constantemente a las nuevas generaciones de técnicos ortoprotésicos.
En lo que se refiere a datos de facturación, Latinoamérica significa el 6% en el volumen global de la compañía, sostuvo Cuscuna, remarcando que en ese porcentaje Brasil representa el 45% de la facturación del Cono Sur.
Un dato interesante de esta empresa alemana es que, desde 1988, comenzó una estrecha relación con el Comité Olímpico Internacional y Paralímpico Internacional y es, desde entonces, Main Sponsor de los paralímpicos. De esa manera, en lo que hace referencia al deporte adaptado, Ottobock busca, investiga y encuentra nuevas soluciones para esos atletas que le muestran al mundo su coraje, pasión y energía para superar dificultades y metas.