Maroñas activó el negocio turfístico: en 10 años el “premio hípico” se multiplicó por seis

Ya pasaron diez años de la reinuguración del Hipódromo Nacional de Maroñas, que implicó no sólo la recuperación del emblemático edificio sino la reactivación de la industria turfística de la que viven unas 50 mil familias uruguayas. El premio hípico, a partir del cual se mantiene y desarrolla la actividad (es lo que reciben los propietarios, criadores, peones, jockeys, y demás involucrados) se multiplicó por seis desde 2004, pasando de US$ 2,85 millones a US$ 16,2 millones. Pero también aumentó la cría de pura sangre. En 2002, cuando el país estaba “inmunodeprimido”, nacían unos 1.000 potrillos. Esa cifra no sólo se duplicó en 2013 sino que el país es el de mayor cantidad de nacimientos equinos respecto a su población.

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En HRU, la empresa que gestiona el Hipódromo Nacional de Maroñas, trabajan 400 personas y el número de empleos vinculados exclusivamente al principal escenario de carreras está en 2.600. Cada año, se celebran unas 100 jornadas turfísticas que suman unas 1.000 carreras y atraen al hipódromo un promedio de 2 mil personas por jornada. Además se realizan más de 100 eventos empresariales y sociales como Maroñas Running, Noche de la Nostalgia, y la entrega de los Premios Charrúa.
Asimismo, en estos diez años, Maroñas ha contribuido al proceso de formalización de la actividad hípica, en acuerdo con el BPS, para el control y registro de trabajadores del sector. Se aplican planes de empleo juvenil, en acuerdo con instituciones públicas y privadas, concretando el ingreso de aproximadamente 150 jóvenes al año.

BIA: profesionalidad que se refleja

Pensar en vidrios supone fragilidad, pero decir Vidriería BIA es sinónimo de solidez, trayectoria y profesionalismo. Yoselin Bia, directora de Vidriería Bia, quien en 2024 se quedó con el Premio de Oro a Empresaria del Año, nos cuenta en ¡Hay Equipo! quién está detrás de la empresa líder en vidrios y cristales del Uruguay.