Mary SRL comenzó en Colonia, en 1963, cuando Roberto Turola fundó la empresa y la bautizó en honor a su madre, Mary. Desde entonces, pasó por distintas etapas y dueños, hasta que la familia Aberastegui tomó las riendas en 2013. “Nuestra hermana también es parte del equipo y eso hace que esta empresa sea una verdadera empresa familiar”, subrayó Luis Aberastegui, director junto a su hermano Gustavo.
La empresa, con más de 60 años en el rubro agrícola, se destaca por sus implementos para distribución de forraje. “En particular, nuestros mixers representan el 60% de las ventas nacionales en un mercado donde compiten con 19 marcas extranjeras, muchas de ellas con ventajas arancelarias. Competimos con calidad y un servicio postventa que nos diferencia”, aseguró.
Por otra parte, mencionó que Uruguay es caro para fabricar; por lo tanto, Mary SRL apuesta por la excelencia en materia prima y por la innovación constante. Año a año invierten en tecnología y capacitación para su equipo, además de asistir a ferias internacionales de referencia para mantenerse actualizados con las últimas tendencias.
La compañía comenzó su internacionalización por Paraguay -un mercado con fuerte presencia de productores uruguayos- en 2014, acompañada por Uruguay XXI y la Cámara de Industrias del Uruguay. “Paraguay fue clave porque muchos uruguayos que tienen tierras allá ya eran nuestros clientes”, detalló Luis.
Luego, incursionaron en Ecuador y Panamá a través de una alianza estratégica con Balanza Hook, su proveedor de balanzas con red de distribución en ambos países.
En otro orden, recientemente la empresa participó en Agroactiva, la feria agrícola más grande de Argentina. En ese sentido, “concretamos algunas exportaciones a Brasil y estamos en negociaciones con Argentina”, señaló.
Ambos hermanos llegaron a Mary SRL como empleados jóvenes, sin experiencia en maquinaria, pero con una fuerte raíz en la producción agropecuaria rural y muchas ganas de crecer. Hoy, la empresa genera más de 50 puestos de trabajo directos y, contando a las familias de sus colaboradores, impacta a más de 160 personas en Santa Catalina, una localidad de apenas 1.000 habitantes.
Con respecto a la demanda de sus productos, aseguró que “está alineada con la coyuntura favorable de los sectores lácteo y cárnico, principales consumidores de nuestros implementos. Aunque China ya no es el motor principal de la demanda mundial, mercados como Estados Unidos y la Unión Europea mantienen la dinámica positiva”, explicó.
Para los próximos años, la empresa proyecta cerrar negocios concretos en Argentina y seguir consolidando su presencia regional, con una mirada puesta en un crecimiento sostenible y planificado para las próximas dos décadas.
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