El pasado 28 de junio fue el Día Internacional del Orgullo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) y para aprovechar la ocasión, visitamos al presidente de la Cámara de Comercio uruguaya de dicha comunidad, Óscar Iroldi. Se trata de una cámara surgida formalmente el 23 de setiembre del año pasado y que en poco menos de diez meses ha logrado sumar a 60 empresas como socias. “No esperábamos un número tan exponencial”, nos contó el directivo. Algunas de las grandes corporaciones que forman parte son American Airlines, IBM y están por ingresar Iberia, Hilton, Sheraton y Hyatt.
Para ser socia, además de ser una compañía formal y habilitada y de tener que pagar la membresía, existe un requisito fundamental: “que la empresa tenga políticas claras y/o de atención a la diversidad. Nos interesa que en la interna se desarrollen programas de no discriminación por condición sexual o de identidad de género”, señaló Iroldi. El propósito de la cámara es trabajar bajo los tres grandes ejes de negocios, la inclusión y el empoderamiento —“porque la única forma de que conquistemos todos los derechos es que tengamos fuerza a la hora de consumir los productos exclusivos y de castigar a los excluyentes”, comentó el presidente —, para que las empresas caigan en la cuenta de que es mucho más costoso excluir que incluir, no solo por las represalias que pueden provenir desde fuera de la compañía, sino que dentro, el trabajador homosexual termina siendo menos productivo.
Iroldi destacó la importancia de la colectividad LGBT en el mercado, ya que en Uruguay hay una población estimada de 300.000 gays y lesbianas, a la que se suma la cantidad de 250.000 turistas integrantes de la comunidad. “La gran mayoría integra un mercado llamado ‘doble entrada sin hijos’, que es que cuando estamos en pareja, tenemos doble ingresos y escalonamos rápidamente en los primeros niveles de la pirámide económica por apostar a la carrera profesional. Como no tenemos hijos, gastamos en el cuidado personal y en el consumo. Somos una comunidad que tenemos entre un 40% y un 45% más de consumo que un heterosexual”, indicó. Según él, esto es lo que hace a la comunidad un mercado bien atractivo para las empresas, además de que una vez que un homosexual siente la inclusión, tiende fidelizarse fuertemente.
Por otra parte, hoy en día la cámara está trabajando en la creación de un protocolo interno que implicaría un gran avance, incluso comparado a las acciones del propio gobierno uruguayo. Es que en Estados Unidos existe una ley que establece que el 40% de los insumos que consumen las grandes corporaciones debe ser adquirido a uno de los seis grupos minoritarios del país: jefas de hogar, discapacitados, afrodescendientes, indígenas, veteranos de guerra y la comunidad LGBT. El que otorga el certificado de producto para este último grupo, es la cámara par de la que dirige Iroldi en Estados Unidos. “Ella nos otorga la credencial a cada una de las cámaras de los demás países para que entreguemos el certificado necesarios a las empresas locales. Es como un TLC gay”, expresó. Es decir, las empresas uruguayas amigables e inclusivas pasan a tener la posibilidad de exportar sin restricciones al país de Obama sabiendo que van a tener el 40% de la venta asegurada.
“De todos modos estamos desarrollando un protocolo interno, a pedido de Estados Unidos, porque para la cámara estadounidense el 51% de los directivos de las empresas debían ser de la comunidad abiertamente. Nosotros entendimos que en vez de ser un mecanismo amigable, se cerraba. Estados Unidos nos entendió y nos pidió que trabajemos en una alternativa”, dijo Iroldi. Según el directivo, no importa si la empresa tiene directivos gays para venderle naranjas a Estados Unidos, sino que tenga políticas amigables. Por eso, la Cámara de Comercio LGBT de Uruguay está trabajando junto al Ministerio de Relaciones Exteriores y Uruguay XXI para buscar la mejor manera de aplicar la política, pero según el presidente, “en el correr de este año, ya se va a poner en práctica para empezar a exportar sin restricciones”.