Hay rituales que ninguna pandemia va a modificar. Al menos no del todo, como levantarse y calentar el agua para tomar mate antes de trasladarse al trabajo o, hasta hace poco, antes de ir a la facultad, al fútbol de los niños, al encuentro con amigos, etcétera. Lo mismo puede decirse de la forma de tomar mate, ya que con el COVID-19 el ritual de la caldera, la yerba y el termo no cambió, pero sí se modificó el hecho de extender la mano y convidar una cebadura a ese compañero de oficina, a ese padre de la escuela cuyo hijo es amigo de nuestros hijos o ese amigo de siempre, de tantos mates y conversaciones.
Esto, sin duda, debe haber impactado en el consumo de yerba mate, por lo que InfoNegocios consultó a la principal empresa del país en el rubro, Canarias, para saber cómo ha sido el desarrollo de las ventas y el consumo de yerba en tiempos de COVID-19.
Según representantes de la compañía, en términos de comercialización, a cinco meses cerrados, “hubo un crecimiento moderado comparado al mismo periodo del año pasado, con un pico muy interesante en la segunda mitad de marzo, debido al impulso de aprovisionamiento que inicialmente tuvo la población con la pandemia”.
Según la fuente de Canarias, los datos de venta de las empresas al mercado no necesariamente se reflejan totalmente en los datos de consumo medidos por la auditoría, y esto se debe a que hay canales de comercialización que no se auditan 100% y otros que directamente no se miden (como por ejemplo las ferias).
En cuanto a los datos de consumo, las cifras muestran que en los primeros cinco meses del año es estable, pero inferior a 2019. “Esto se desprende del informe de auditoría en consumo que cada dos meses recibimos. Con los datos de marzo y abril cerrados, podemos ver que se presenta una leve baja en el mes de abril, cercana a los 150.000 kilos”.
Para ser más precisos, el vocero de Canarias dijo “que entre enero y abril de 2019 hubo un promedio de consumo de 2,85 millones de kilos por mes, mientras que el promedio enero-abril en 2020 fue de 2,55 millones, siendo abril el mes de mayor caída, con cifras de consumo de 2,36 millones de kilos”.
En términos anuales, el promedio en 2019 fue de 2,69 millones de kilos de yerba consumidos por mes, por lo que la tendencia parecería ir a la baja, aunque desde la compañía estiman que “en un mediano plazo, los promedios de consumo van a normalizarse”, dado que entienden que para la categoría y su consumo la recuperación será rápida, más en formato “V” que “U”.
Dicho de otro modo, según como lo grafican los analistas, el modelo V es cuando existe un parón brusco de la economía pero la vuelta a la normalidad también es rápida, mientras que el modelo U es cuando los indicadores económicos tardan más tiempo en llegar a los niveles a los que se encontraban antes de la recesión.
Por último, en cuanto a la participación de Canarias en el mercado de consumo, el representante de la compañía señaló que “está por encima del 50%, siendo la marca Canarias, desde su producto tradicional (el paquete amarillo) a todas sus variantes, líder en la tabla”.