Todo está permitido, desde el clásico trench, que hace varios años ya ha suplantado al clásico tapado 7/8, hasta las pieles sintéticas en composse con cuero, jeans, lana y cualquier otro género que ayude a protegernos de las bajas temperaturas.
Lo que llevará a definirnos sobre la opción con la que pretendemos lucirnos es el estilo de vida que llevamos y las utilidades que le demos a la prenda en el día a día.
Las chaparreras en cuero, jeans o cualquier otro género descontracturado son ideales para look informales y esas salidas nocturnas improvisadas, sin demasiados arreglos.
Las pieles vuelven para utilizarse tanto en pleno día, como de noche. Por ser sintéticas en su mayoría, cuentan con una paleta de colores variada y muy vanguardista, escapando de las clásicas beiges, amarronadas y negras que se veían unas décadas atrás.
Siguen los tapados de lanas, en diversos tipos de puntos tejidos y el clásico trench, en colores muy renovados, para darle vida al monótono gris que nos muestra el paisaje de invierno.
Otra buena opción, son las chaquetas militares, que han llegado de la mano de algunos diseñadores, renovadas y actualizadas, entremezclando lo clásico y rígido del estilo militar, con la impronta de las nuevas texturas, molderías y colores.
Algunos tips a tener en cuenta al momento de comprar, de acuerdo al tipo de cuerpo.
Para las más delgaditas los tapados con abotonadura cruzadas, con cuello, solapa y cinturón son una buena opción. Dan volumen y armonizan también la figura de las más esbeltas.
Cuando hay unos kilitos de más hay que tratar de no agregar volumen, con molderías muy vanguardistas, a la silueta y por consiguiente usar abrigos clásicos, de telas suaves y finas, con modelos de abotonadura simple y cortes verticales. El largo permitido en este caso es hasta arriba de la rodilla.
Si la complicación está en la falta de cintura, es bueno equilibrar dando volumen en hombros y caderas para poder marcar la cintura con alguna tabla atrás, o algunas alforzas mínimas delanteras.