En los últimos tiempos, muchos directivos se han visto obligados a elegir hacia dónde enfocar sus recursos: si concentrarse en construir una propuesta de valor atractiva para potenciales candidatos y mejorar el posicionamiento de su marca empleadora o, por el contrario, destinar sus esfuerzos a cultivar las habilidades y competencias de sus colaboradores actuales, además de potenciar beneficios que promuevan su bienestar integral.
En el último reporte de PwC, “Workforce Radar 2024”, se investiga y busca identificar aquellas señales que permitan comprender y predecir cómo será la fuerza laboral del futuro, qué factores la impactarán y, en consecuencia, cómo afectarán a las organizaciones en los próximos tres años antes de que se conviertan en tendencias.
La primera señal en la cual nos enfocaremos aborda la disyuntiva planteada: ¿debe una organización necesariamente escoger entre ser un imán de talento o convertirse en una “fábrica de talentos”?
Este reporte destaca que no es imprescindible que las organizaciones se ubiquen "de un lado o del otro". En cambio, deben ser capaces de moverse de manera ágil a lo largo de un continuo que abarque ambas estrategias, ajustándose según su nivel de madurez, la situación que atraviesen en un momento determinado, su cultura, las preferencias de sus colaboradores, las necesidades del negocio, entre otras variables. Así, pueden inclinarse hacia una estrategia u otra dependiendo de los resultados que deseen alcanzar.
Leé todo sobre estas señales acá.