Esta semana, el diario El País publicó un editorial en el que cita a un estudio reciente de la revista The Economist. El texto fue titulado como “Dudosa viabilidad de Alas U” y en él se explica que las aerolíneas sudamericanas pierden dinero a niveles alarmantes, incluso más que las africanas. El diario agrega que si bien no hay datos precisos, todo parece indicar que el nivel de ocupación de los aviones de Alas Uruguay es insuficiente y así continúa aumentando su déficit, incluso a pesar de los US$ 25.000.000 que el Estado le prestó a través del Fondes y de los US$ 10.000.000 de subsidios por desempleo a los ex Pluna.
Pluna, Alas Uruguay, ambas aerolíneas terminan sufriendo por la inviabilidad de sus operaciones, y a raíz de esto es que nos surge la duda: ¿es una característica de las aerolíneas de bandera uruguaya o hay algo más de fondo?
Según los gerentes Generales de Latam Airlines, Francisco Chiari, y de Copa Airlines, Hugo Perelli, el problema no pasa por el origen de la compañía, porque el negocios es muy complejo para cualquiera. “La industria requiere muchísima inversión y hay muy pocos márgenes de ganancias”, explicó el último.
De acuerdo a Chiari, la complejidad de la aviación hace que los proyectos que parten con un respaldo menor al de las grandes compañías, tengan más dificultades para atravesar momentos complicados, como lo hay hoy en día por las economías desaceleradas e incluso en caída. Es por esto que son muchas las aerolíneas que se están uniendo: “Las grandes compañías de la región, como Lan y Tam, han definido una fusión para mejorar y superarse. Es difícil cuando construís un proyecto que no esté linkeado con otras compañías y que tenga un sentido más estratégico de la distribución de pasajeros”, explicó.
Perelli coincidió con el mandamás de Latam en que la unión hace la fuerza. “Había una gran cantidad de compañías en Estados Unidos hace 25 años y hoy quedan dos o tres grupos que están unidos entre sí. Lan y Tam se unieron en una fusión, y si los chilenos y brasileños vieron que les convenía unirse para tener mejores desempeños y ganancias, imaginate lo que nos queda a nosotros que somos un tapón en el medio”, expresó.
Es por esto que, según el gerente General de Copa, en Uruguay a veces se pierde el sentido común al pensar que nuestro país puede tener el mismo desarrollo o el mismo nivel de países más grandes. “Deberíamos tratar de tener una aerolínea de referencia, no de bandera: que tenga capitales, empleados y pilotos uruguayos, pero no necesariamente la bandera del Estado, porque implica subvenciones, plata”, opinó.
Por último, Perelli dijo que más allá de que con US$ 15.000.000 es muy difícil arrancar una aerolínea, también hay un tema de idoneidad, porque si bien destacó a la gente de Alas Uruguay como muy profesionales, lo que se necesita en una compañía aérea es liderazgo, lo que a veces no va muy de la mano con el sindicato. “Es una cooperativa, y no quiero ser agresivo ni tocarle el callo a nadie, porque trabajé 30 años en Varig y conozco a muchos de los ex Pluna, pero el tema empresarial no es para cualquiera, porque el sindicato mira el tema desde un lado y el empresario desde otro. Así es difícil llevar un emprendimiento de este tipo”, finalizó.