Nació en Bielorrusia, estudió en Gran Bretaña y vivió en diferentes países: Egipto, Alemania, Túnez, España, Turquía, Polonia y en Tailandia, allá por 2011, el amor la trajo hasta Uruguay. Un año después se instaló a vivir en Montevideo y como su trabajo durante muchísimos años estuvo relacionado al diseño de páginas web, con la excelente conectividad del país consiguió seguir haciéndolo desde aquí. Así vivió Olga Barbash los primeros años en Uruguay.
Repartiendo el tiempo entre el diseño web y su otra profesión –traductora de inglés–, Barbash comenzó a criar a su hija y fue en 2016, haciéndole a la niña una casita de jengibre para Halloween, que descubrió una nueva pasión: la pastelería.
“No sé bien qué pasó, pero un día se me ocurrió hacer esto que tiene muchas raíces con mi país, porque en Bielorrusia las galletas se elaboran así, con masa de jengibre, con azúcar glas y con especias”, dijo Barbash a InfoNegocios, agregando que “esta casita de jengibre gustó mucho y sorprendió mucho, por lo que empezaron a pedirme y encargar y así nació Home Sweet Home Boutique, que le agregué by Aulga porque Aulga ya era mi marca en diseños web”.
El punto es que las galletitas, las totas y los chocolates de Barbash son –podría decirse– únicos o al menos fuera de lo común, porque la emprendedora incorpora sabores que no son los habituales para el paladar de los uruguayos, como por ejemplo una torta de lavanda y limón o bien, sabores que van desde el jengibre a la canela, pasando por la nuez moscada, el clavo de olor y el cardamomo.
“El sabor dulce con especias es clásico en Rusia, pero trabajo mucho a intuición también, con una base de recetas rusa, pero con mucha creatividad también… probando, arriesgando”, dijo Barbash, quien hasta hace un año trabajaba en el barrio Palermo, en el local Me Gusta, Te Gusta –donde primero dio clases de repostería y luego pasó a elaborar productos con su estilo–, pero que ahora está en pleno corazón de Pocitos, con su propio local: Home Sweet Home Boutique by Aulga.
Ahora bien, más allá de traer sabores rusos al paladar de los uruguayos, Barbash también trajo una costumbre de su país que es la elaboración de proyectos en 3D con galletas y tortas.
“En mi país e incluso en lugares como República Checa o Alemania es común hacer edificios de galletas de jengibre. Hay competencias de eso. Hay hasta museos de eso. Como en Uruguay esto no existía, me propuse mostrárselo a mis alumnos y con ellos hacer varios proyectos hermosos”, sostuvo Barbash, recordando que “el primero fue en 2019, el Palacio Legislativo, después hicimos otros”.
Esos otros son: en 2021 tres torres del Kremlin de Moscú para la Embajada de Rusia, varios en 2022, como el Taj Mahal, una mamushka gigante y el Castillo Morató, este año el Estadio 8 de Junio de Paysandú y así va Barbash, con la idea puesta ahora en hacer Casapueblo, la emblemática obra arquitectónica de Carlos Paez Vilaró.