En octubre de 2021, un grupo de inversores, compuesto por accionistas españoles y uruguayos, tomó las riendas de Pesquerías Belnova, una empresa con décadas de trayectoria en Uruguay, pero con un historial financiero complicado. Albano González Domínguez, actual CEO de Belnova, lidera este proceso de reestructuración, que tiene como objetivo transformar la compañía en un negocio rentable, algo que no se había logrado en más de 20 años.
Al asumir el control de Belnova, los nuevos propietarios se enfrentaron al reto de una empresa que, según González, “llevaba muchos años dando pérdidas, nunca había dado positivo en los últimos 20 años”. Pese a esta situación, los inversores vieron una oportunidad en la experiencia acumulada y decidieron realizar una inversión significativa. La primera gran acción fue la remodelación del Río Solís II, uno de los buques de la compañía, en el que invirtieron cerca de 10 millones de euros para modernizarlo. Este barco fue trasladado a España en diciembre de 2021 para su puesta a punto y regresó a Montevideo en julio de 2022, listo para iniciar operaciones en aguas uruguayas.
Pese a las dificultades iniciales, la empresa logró avanzar, pero el Río Solís III, otro de los barcos, seguía siendo obsoleto. En respuesta, Belnova adquirió un buque noruego con doble casco por 6 millones de dólares y destinó otros 10 millones para su remodelación. De esta manera, la compañía reforzó su capacidad operativa con una flota de dos embarcaciones modernizadas, tras vender una unidad.
A pesar de las mejoras en la infraestructura, González destaca que el alto costo laboral en Uruguay es uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria pesquera. "En Uruguay, el costo del personal es abismal, y es uno de los problemas que podrían hundir la industria en los próximos seis años", afirma. Además, critica la falta de apoyo del gobierno y el poder de los sindicatos, quienes, según dijo, “paran la producción por meses”, lo que genera pérdidas significativas, especialmente durante la zafra.
González recalca que, a pesar de duplicar la producción anual histórica de la compañía a 12.000 toneladas, frente a las 15.000 toneladas acumuladas en toda la vida anterior de la empresa, los paros laborales y la falta de acuerdos perjudican gravemente su operación. Un ejemplo claro es el reciente conflicto sindical que llevó a la empresa a perder dos meses de producción en plena zafra, con barcos que implican una inversión de cerca de 20 millones de dólares cada uno.
Belnova exporta principalmente merluza, rubio y castañeta a mercados como Ucrania, Marruecos, China, Corea y Japón, pero enfrenta serios desafíos logísticos debido a la falta de infraestructura adecuada en Uruguay. El hundimiento del dique de saco obliga a la compañía a utilizar diques en Argentina o incluso a trasladar sus barcos a España para reparaciones, lo que implica un costo adicional de 1,6 millones de dólares solo en traslado.
La falta de regulaciones adecuadas en el sector pesquero también es motivo de preocupación para González. Señala que, en Uruguay, no existen restricciones claras para el tamaño de las embarcaciones, lo que permite a algunas empresas operar barcos con capacidades desproporcionadas, una situación que afecta negativamente a la industria.
Además, critica que las licencias de pesca en Uruguay tengan una duración de solo cinco años, lo que dificulta la obtención de financiamiento. En otros países, las licencias se otorgan por 25 años, lo que permite a las empresas pesqueras utilizarlas como aval para solicitar créditos e invertir en la modernización de sus flotas.
Pese a los desafíos, Belnova ha invertido cerca de 40 millones de dólares desde 2021 en la compra y modernización de su flota y en mejoras operativas. Sin embargo, González advierte que, si no se resuelven los problemas sindicales y estructurales, la industria pesquera en Uruguay corre el riesgo de colapsar. Aun así, la empresa sigue evaluando sus próximos pasos, con la posibilidad de seguir invirtiendo en el país, aunque con precaución.
Para cerrar, el CEO de la empresa expresó que en este momento lo más urgente es modificar el sistema de licencias, lo que se vería como una buena señal desde el sector.