Los gimnasios nuevos se multiplican. Ya sea que ofrecen crossfit, entrenamiento funcional, spinning, calistenia o múltiples disciplinas, su florecimiento refleja un creciente interés por el cuidado de la salud y la estética. En este panorama, que marca a buena parte de la capital, los clubes históricos continúan funcionando y oficiando de enclaves para la vida y la identidad de barrios y zonas de la capital.
Montevideo alberga una red de clubes sociales y deportivos que ofrecen desde esparcimiento familiar hasta entrenamiento de alto rendimiento. Acceder a estas instituciones implica el pago de cuotas mensuales que varían según la oferta de servicios, la infraestructura y el perfil de cada club. Un análisis de algunos de los nombres más destacados revela un abanico de precios que se ajusta a diferentes expectativas y presupuestos.
En el segmento más exclusivo se encuentra el Carrasco Lawn Tennis Club, una institución con un fuerte enfoque en el tenis que cuenta con 8.300 socios. Para un adulto, la cuota social mensual asciende a 8.500 pesos, mientras que un plan familiar para un matrimonio con dos hijos menores tiene un costo de 22.000 pesos mensuales. Estos valores reflejan el acceso a sus reconocidas instalaciones, que incluyen una veintena de canchas de tenis, dos sedes y una historia de galardones internacionales.
Con una propuesta de perfil polideportivo y familiar, el Club Biguá de Villa Biarritz presenta una estructura de costos escalonada por edad. La mensualidad para un socio mayor de 30 años es de 5.240 pesos, un valor que da acceso a una amplia gama de disciplinas con especial énfasis en el baloncesto, la natación y el waterpolo.
Por su parte, el Club Urunday Universitario, con una rica historia en el básquetbol y una fuerte identidad barrial (que en estos años se ha extendido mucho más allá del Prado), ofrece una de las cuotas más accesibles entre los clubes de su categoría, con un costo mensual de 3.750 pesos.
Una institución emblemática de la capital, el Club de Golf del Uruguay, se distingue no solo por su campo de 18 hoyos declarado Monumento Histórico, sino también por su política de afiliación. El club, que reúne a 3.687 socios, ofrece una amplia variedad de deportes más allá del golf, como rugby, hockey y natación. Sin embargo, la institución opta por no hacer públicas sus tarifas y solo cotiza los costos de su cuota mensual a través de una consulta directa con los interesados.
El panorama de la vida social y deportiva montevideana se completa con otras instituciones de gran arraigo histórico, como el Club Malvín, la Asociación Cristiana de Jóvenes, el Club Banco República y el Club Atlético Juventus, este último encaminado a celebrar su centenario. A su manera, cada una de ellas aporta a la integración social y se mantienen como bastiones de una forma de entender el deporte como una práctica que va más allá de las modas.