Con 70 años de historia, la empresa de origen argentino San Miguel lleva más de 20 años como el principal procesador mundial de limón industrial. Desde su nacimiento en Tucumán, expandió su presencia global con operaciones en Argentina, Sudáfrica y Uruguay. En nuestro país, la compañía está llevando adelante un ambicioso plan de crecimiento que incluye inversiones millonarias y la modernización de su planta en Paysandú.
San Miguel desembarcó en Uruguay en el año 2000 con un modelo de negocio inicialmente enfocado en la producción y exportación de fruta fresca. Sin embargo, a partir de 2022, la compañía redefinió su estrategia global para enfocarse exclusivamente en el negocio industrial del limón, dejando de lado la comercialización de fruta fresca. Como parte de este proceso, en Uruguay opera bajo la firma Samifruit, que depende directamente del holding San Miguel.
La empresa posee campos propios en el país, con una distribución equitativa entre el norte, en Bella Unión, y el sur, en Montevideo y sus alrededores. La planta industrial de Paysandú es el epicentro de sus operaciones, donde se procesan los limones para la obtención de tres productos clave: aceite esencial de limón, jugo concentrado y cáscara deshidratada para la producción de pectina. El 100% de estos productos se destina a exportación, principalmente a mercados de alto poder adquisitivo como Estados Unidos y Europa.
Según contó a InfoNegocios Manuel Suárez Altuna, CEO de la empresa, el plan de San Miguel para Uruguay comenzó a tomar forma en 2015 con la plantación de 1.700 hectáreas de limoneros y la meta de procesar 100.000 toneladas anuales de fruta. Para ello, en 2023 la empresa adquirió la planta industrial de Paysandú, que anteriormente operaba en sociedad con Azucitrus, y ejecutó una primera fase de inversión de 22 millones de dólares. Este capital fue destinado a la modernización de equipos, la expansión de la capacidad productiva y la implementación de nuevas tecnologías.
En 2025, San Miguel continúa con nuevas mejoras en su infraestructura, aumentando la capacidad de molienda y añadiendo tecnología de última generación para optimizar la eficiencia y reducir el impacto ambiental. Entre las iniciativas más destacadas está la instalación de una tercera etapa en su planta de tratamiento de efluentes, una inversión de más de 5 millones de dólares, que garantiza un cumplimiento estricto de las normativas ambientales.
Si bien la planta de Paysandú procesó 60.000 toneladas de limón en 2024 y prevé alcanzar las 65.000 en 2025, la meta es llegar a las 100.000 toneladas anuales en 2027. Para ello, la compañía estima una inversión total de aproximadamente 32 millones de dólares en distintas etapas de ejecución.
San Miguel considera a Uruguay un país estable y predecible para los negocios. Según Suárez Altuna, las políticas gubernamentales han sido en general favorables para el desarrollo del sector, aunque la competitividad se ha visto afectada en los últimos años por la apreciación del peso uruguayo frente al dólar. A pesar de estos desafíos, la empresa sigue firme en su apuesta por el país, con un proyecto a largo plazo que busca fortalecer su capacidad productiva y exportadora.
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