Emiliano Firpo es uruguayo y junto a su socio de origen francés, decidieron emprender en el negocio de la panadería pero con un estilo totalmente inédito en Uruguay. Según el empresario, la respuesta de la gente ha sido excelente y más rápida de lo que se esperaba, “la pandemia, aunque pueda sonar un poco raro decirlo, nos ha jugado un poco a favor, nosotros abrimos en abril, en un momento donde estaba todo muy muy quieto, donde nadie sabía lo que estaba pasando. Nos aventuramos a abrir una panadería francesa, con un panadero francés, por alguna razón la gente nos veía como una especie de héroes, ante el hecho de que muchos colegas gastronómicos no estaban haciendo nada por la incertidumbre del momento” comentó Firpo. Sin embargo, cancelar el negocio, no era una opción, ya que había hipotecado su apartamento para poder comprar el equipamiento, además de importar 20 toneladas de harina del molino más grande de Francia, Grands Moulins de Paris: “ese tipo de cosas te ayudan a no pensarlo y darle para adelante” sentenció.
El tercer embarque de harina arribará en un par de meses, ya que les gusta tener un stock suficiente para cumplir con la demanda y continuar el crecimiento sostenido que ha presentado la empresa, además de que en los próximos meses se proyecta la apertura de un nuevo local, el cual “ está por anunciarse, pero va a ser un poquito más para el este”.
Al respecto de qué es lo que más consumen los clientes de St. Germain, Firpo comentó que “el croissant y el croissant con almendras, es lo que la gente más conoce, con crema de almendras ha sido un grato descubrimiento para muchos uruguayos, porque es una textura que nadie conoce. Hecho con harina de almendras, el uruguayo le huye mucho al fruto seco principalmente por el precio pero a veces hacer las cosas así te hacen diferente y uno se hace cargo de un resultado que termina siendo excepcional”.
El tipo de horno utilizado en St. Germain es “de piso que es lo que se usa en Francia, que es la versión moderna del horno a leña; tiene cámara de vapor, para lograr que la baguette quede con esa textura crocante por fuera”. Una baguette tradicional está a $ 95.
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