La sostenibilidad e innovación juegan un papel importante en los mercados globales de la madera, influenciados por cambios en la trazabilidad y las tendencias globales. En este contexto, Hughes señaló que el consumo de madera a nivel mundial está “aumentando”, pero en formatos diferentes. “Estos cambios se deben a innovaciones, cambios normativos, o a una combinación de ambos. Además, la extracción de madera se ha vuelto un proceso más complejo, en el buen sentido de la palabra. Ahora, es un proceso con mayor trazabilidad documental, especialmente en las maderas nativas, que requieren meses de trabajo para cumplir con los estándares exigidos”, explicó
Agregó que “paralelamente hubo avances en maderas fusionadas y termotratadas , siendo éste último un proceso que altera la estructura celular de la madera para mejorar sus propiedades sin recurrir a cambios químicos”.
Por otra parte, señaló que el uso de la madera en la construcción está creciendo, especialmente en lo que ahora llaman “Mass Timber”, es decir, construcción a gran escala con madera. “Esto fue posible gracias a los avances tecnológicos y desarrollos en ingeniería que llevaron a que la madera sea vista no solo como un elemento estético o decorativo, sino como un material constructivo de gran relevancia, por su carácter ecológico y su integración en una economía circular, desde su obtención hasta su reforestación, la convierten en una opción sostenible y eficiente”, detalló.
Según Hughes, el cambio en el comportamiento del consumidor redefinió el mercado. “Antes, introducíamos productos innovadores y explicábamos sus beneficios. Hoy, el cliente ya llega informado y consciente del origen y los procesos de los materiales que utilizará. “Esto también impacta en nuestra labor, ya que nos obliga a priorizar la trazabilidad de los productos y a garantizar que todo lo que ofrecemos cumpla con las normativas y certificaciones necesarias. Por ejemplo, en Brasil, la extracción de madera requiere un plan de manejo forestal sostenible, donde se especifican especies, volúmenes y zonas. Cada troza tiene una geolocalización y una numeración única, garantizando su legalidad y sostenibilidad. Desde que se procesa la orden de compra, con la madera en inventario del exportador, y se recibe en Uruguay, pueden llegar a pasar 2 o 3 meses. Esto responde a procesos de validación documental, estudios de cadena de suministro, controles fitosanitarios y verificaciones físicas de la madera” destacó.
En sintonía, remarcó que la sostenibilidad es un eje central en nuestro trabajo. “La madera es uno de los materiales más nobles, no sólo por su comportamiento, sino también por su proceso de obtención cuando se realiza de manera responsable. Siempre resaltamos la importancia de la trazabilidad, porque no es necesario sustituir la madera con materiales sintéticos cuando contamos con un recurso tan noble, solo debemos asegurarnos de que sea manejado y usado correctamente”, indicó.
Maguinor Maderas trabaja exclusivamente con proveedores certificados y productos que cumplen con estándares internacionales. “Esto incluye, por ejemplo, el cumplimiento de normativas recientes como el Apéndice II de CITES, que regula especies como el Lapacho y el Cumaru, garantizando su comercialización responsable”, aseguró.
La empresa se centra en la importación de materia prima, ya que, apunta a la transformación local, colaborando con carpinteros y ebanistas uruguayos para fomentar la mano de obra nacional. Hughes enfatizó que, además de comercializar materias primas, buscan agregar valor mediante acabados personalizados y adaptados a las necesidades de los clientes.
Por último, mencionó que el consumo de madera tiene perspectivas “muy prometedoras”, tanto a nivel local como global. “Su impacto positivo en los ecosistemas, su capacidad de almacenamiento de dióxido de carbono y sus propiedades constructivas la posicionan como un material clave para el futuro. Además, la innovación tecnológica amplió sus usos, desde la construcción de alto rendimiento hasta revestimientos interiores que mejoran la calidad de vida en los espacios habitados”, afirmó.
“En Uruguay, vemos un crecimiento sostenido en el uso de madera en proyectos de alta calidad. Esto, sumado a la concienciación del consumidor y los avances en certificaciones y normativas, nos hace confiar en que el mercado continuará evolucionando hacia prácticas más responsables y sostenibles”, concluyó.