En este escenario opera Intro Concierge, la primera empresa de concierge de Uruguay, fundada hace 15 años y dirigida por Natalia Méndez y María D’Ovidio, socias de la firma, dedicada a crear servicios a medida para este selecto grupo de visitantes.
“Ofrecemos un servicio tailor made que comienza mucho antes de que el cliente llegue al país”, explicaron. “Nos ocupamos desde la búsqueda y puesta a punto de una villa de lujo, con chef privado y mayordomo, hasta la reserva de restaurantes, fiestas, galerías de arte y eventos de moda. También gestionamos vuelos privados, helicópteros, travesías en moto, experiencias de ciclismo, senderismo y catas de vino o mate. Incluso organizamos eventos sociales y corporativos completos”, detallaron.
Según Méndez y D’Ovidio, el perfil de quienes contratan este tipo de servicios no responde únicamente a un poder adquisitivo elevado. “Nuestros clientes saben exactamente lo que quieren y confían en nosotros porque entendemos sus gustos y necesidades. No buscan solo confort, sino conexión emocional: quieren experiencias que los transformen y que tengan un sentido”, aseguraron.
El atractivo de José Ignacio ha trascendido fronteras. Publicaciones como Conde Nast y The New York Times han destacado la conjugación de naturaleza, tranquilidad y diseño que caracteriza al balneario. “Este concepto de quiet luxury, es lo que seduce ya que, se refleja en la calidad arquitectónica, en la gastronomía y en la posibilidad de desconectar del ritmo global”, apuntaron.
Además, se suma la inversión en proyectos sustentables, propuestas vinculadas al arte y un crecimiento constante de la oferta gastronómica y enológica en la zona. En ese orden, Intro Concierge también busca que el turismo premium tenga un impacto positivo en la comunidad. “Muchos de nuestros clientes quieren que su paso por Uruguay deje algo más. Nosotros los conectamos con instituciones, proyectos y personas que necesitan apoyo o donaciones. De esa manera, su experiencia no se limita al disfrute personal, sino que también contribuyen al entorno”, comentaron.
Las tendencias internacionales en el turismo de lujo confirman esta visión: personalización total, atención extrema a los detalles, sensibilidad cultural, bienestar, sustentabilidad y acceso a experiencias únicas. “Hace tiempo que operamos bajo esas coordenadas. La idea es que cada estadía sea irrepetible y que el viajero sienta que vivió algo diseñado solo para él,” afirmaron las socias.
Aunque el verano sigue siendo la temporada fuerte en José Ignacio, la desestacionalización comienza a tomar forma. “Cada vez organizamos más bodas exclusivas y eventos corporativos fuera de la temporada alta. Hoy, José Ignacio es un wedding destination muy buscado, y las empresas multinacionales también lo eligen para actividades de networking con propósito,” señalaron.