Durante el primer semestre del 2020, gran parte de la fuerza laboral mundial pasó del trabajo presencial al remoto. Los empleadores todavía están trabajando en la definición del monitoreo y evaluación del cambio y cómo este está afectando el desempeño de los colaboradores.
En función de esto, el concepto de evaluación 360 puede ayudar. Si bien ya tiene sus años en el mundo de la gestión humana (con un fuerte auge en su implementación en los 90), recientemente se ha visto un incremento y extensión en el uso de este tipo de herramientas de evaluación en otros niveles de la organización.
Este tipo de evaluaciones consiste en explicitar cómo se ve el colaborador en su trabajo (autoevaluación) y cómo evalúan los demás su desempeño (líderes, proveedores, clientes, pares, personas a cargo). Mediante el análisis de las diversas evaluaciones, la idea es identificar aquellos “puntos ciegos” que se generan sobre el desempeño.
Los empleados necesitan saber qué tan efectivo es su desempeño en la nueva normalidad, para aprender las competencias que sean necesarias y conocer cuáles son sus puntos fuertes hoy en día. Con el tiempo, quizás la tecnología pueda ayudarnos a una mayor comprensión de las relaciones humanas; pero, por ahora, los vínculos dentro de la organización son clave, y la evaluación 360 puede ser una excelente herramienta para comprenderlos mejor.
Por: María José Barreiro, gerente de Gestión Humana de PwC Uruguay.
Agustina Harriague, consultora de Gestión Humana de PwC Uruguay.