En este contexto, en nuestro país el Banco Central ha reforzado su intervención directa en el mercado por medio de la venta de dólares, lo que busca evitar volatilidad en el mercado. Desde el 1° de octubre, las ventas directas alcanzan los USD 425 millones y, pese a esto, el dólar acumula un incremento en el mes del 1,5%.
Indudablemente, la situación económica de Uruguay dista bastante de lo que ocurre en Argentina, pero en los hechos el dólar en nuestro país, desde abril del año pasado, viene respondiendo en mayor medida a la evolución de la cotización en el vecino país.
Es probable que la alta volatilidad se mantenga durante las próximas semanas y se siga interviniendo en el mercado, con el objetivo de cuidar la inflación con proyecciones a diciembre en el orden del 8,5%.
Más allá del comportamiento en estos meses, el próximo gobierno de Uruguay enfrenta el desafío de continuar mejorando su tipo de cambio real de una manera ordenada, cuidando la suba interna de precios, en un contexto en el que vencen varios convenios colectivos de salarios (a mediados de 2020). El reto es importante si se considera que Argentina seguirá necesitando un tipo de cambio competitivo para generar dólares por su comercio exterior.
Por: Mercedes Comas, senior manager de Consultoría Económica de PwC Uruguay. Twitter