Esta transformación de los puestos de trabajo implicará que se requieran otras competencias de las personas que van a ocuparlos. Habilidades como flexibilidad cognitiva (capacidad de aprender, desaprender y volver a aprender), negociación, orientación de servicio, juicio y toma de
decisiones, inteligencia emocional, coordinación con los demás (trabajo en equipo presencial o virtual), capacidad para liderar a las personas en entornos cambiantes, creatividad, pensamiento crítico, resolución de problemas complejos, innovación, capacidad de adaptación y apertura
mental; resultan relevantes en un ambiente laboral de constante cambio e incertidumbre y en donde las máquinas comienzan a asumir roles, que eran exclusivos para los seres humanos.
Estas competencias generan un gap entre los puestos de trabajo y el personal, con competencias y conocimientos necesarios para ocupar dichos puestos. Entonces, resulta de vital importancia desarrollar a las nuevas generaciones en las competencias y capacidades requeridas en este contexto laboral cambiante.
*Basado en el Boletín Personas de PwC Uruguay, junio 2017, disponible aquí.