La metacognición, argumenta Stephen M. Fleming, en su libro Know Thyself: The Science of Self-Awareness- es “la capacidad de nuestra mente para reflexionar, pensar y saber cosas sobre sí mismo, incluida la forma en que recuerda, percibe, decide, piensa y siente”. En un análisis lineal, sería la posibilidad de poder pensar en nuestros propios pensamientos. Si bien esta capacidad nos beneficia a todos, se han realizado estudios específicos que relacionan la metacognición con el desempeño del liderazgo, ya que estaría “vinculado a la creatividad, resolución de problemas, toma de decisiones, pensamiento crítico y aprendizaje”. (1)
¿Por qué ésta exhortación tan socrática a ser consciente de sí mismo? Porque el objetivo de toda autoevaluación es acercarnos a un mayor autoconocimiento, lo que nos permitirá identificar y saber gestionar mejor nuestras emociones incluso, en las situaciones más difíciles. “La autoconciencia es un ingrediente clave de los rasgos que los líderes necesitan, como la inteligencia emocional, la franqueza y la empatía. También es un requisito previo de aprendizaje; si los líderes no pueden reflexionar sobre lo que esperan y compararlo con los resultados que reciben, no hay bases para la mejora. Los líderes necesitan conocerse a sí mismos, antes de poder conocer cualquier otra cosa” (2).
(1) y (2) Kinni, Theodore, Artículo del blog Leadership, Abril 2022.
Fuente aquí.
Por:
Cecilia Rodríguez, gerente de Selección de Personal de PwC Uruguay.