¿Qué hacemos con las casonas de Carrasco? (con precios de US$ 1 millón)

En Carrasco, una de cada dos o tres residencias está a la venta, está vacía, está ocupada por una oficina, un banco o institución financiera, un geriátrico o un centro de salud.

El barrio que hace unos quince años era el mejor de Montevideo, el más lindo y el más caro, hoy se convirtió en un centro comercial, financiero y poblado de clínicas de salud o nutrición, que convive con grandes y viejas casonas algo sumidas en el pasado.

Según inmobiliarias que trabajan la zona los altos costos económicos, la inseguridad y los cambios en el estilo de vida, son algunas de las causas que hicieron de Carrasco un lugar diferente y que sus casas no se actualicen ni sean requeridas por familias, como sí lo son las casas modernas y más seguras de los barrios privados.

La arquitectura de estas viejas casas, muchas veces con espaciosos cuartos de servicio, escaleras independientes para el personal de servicio o con cocinas lejos del comedor o living y grandes jardines ya no resultan atractivas para la vida actual y son pocos quienes entran a una inmobiliaria preguntando por ellas. Además, si lo hacen se encuentran con precios cercanos al millón de dólares, que nadie quiere afrontar. “Son casas que para el mercado quedaron caras”, explica María José Albanell de Meikle Bienes Raíces.

Por otro lado, el atractivo negocio que podría ser la construcción de edificios para apartamentos (muy buscados por personas que no quieren dejar Carrasco pero tampoco ocupar una casona) no lo es por las múltiples trabas y reglamentaciones de la Comisión especial permanente de Carrasco, que pone límites en el tamaño de las unidades, en la altitud de los edificios y en los espacios verdes obligatorios.

Muchos dueños de esas residencias quisieran venderlas, pero la mayoría tiene expectativas de retorno que muy rara vez se cumplen. “Está muy quieto, no se mueve nada”, explicó a InfoNegocios Rosario Roig de inmobiliaria Roig. Roig contó que a finales del año pasado hubo una ligera mejoría en el rubro y muchos propietarios habían accedido a bajar sus propiedades para venderlas. Sin embargo, después del verano y especialmente luego del “lunes negro” en que se disparó el dólar todo eso quedó en la nada.

Así, Carrasco se viene convirtiendo en un centro que reúne todos los bancos, algunas financieras que muchas veces ni siquiera tienen un distintivo en su exterior, algunos negocios de ropa, restaurantes y cada vez más estudios de arquitectura o jurídicos.

El barrio también se convirtió en el centro de clínicas de medicina privada, que reciben gente de aledaños y de los barrios privados.