Según la opinión de ciertos empresarios de diversos rubros con los que InfoNegocios habló, los jóvenes de hoy en día (entendiendo por joven a personas de entre 18 y 30 años), no tienen los mismos valores ni la misma cultura del trabajo que tenían ellos años atrás. Por esta razón, InfoNegocios buscó una visión profesional y contactó al co-coordinador General de la Sociedad de Gestión de Personas, Leonardo Pérez quien es además gerente de Recursos Humanos de Tupperware Brands Nuvó.
El profesional aclaró que esta tendencia suele darse en los cargos de perfil más administrativo y no tanto operativo, y dijo que, el factor que mejor explica este cambio en la cultura de trabajo que tienen algunos jóvenes hoy, se debe al cambio en el consumidor. “Si vos observás en el mercado de bienes y servicios, el consumidor ha cambiado porque está sometido a mayor oferta de productos, ahora es más exigente, está más informado y es más infiel”, comentó Pérez y agregó que esas características se transfieren al mercado laboral donde el joven ya no le es tan leal a la empresa.
Cabe aclarar que esto no ocurre solo a nivel de Uruguay, sino que, por el contrario es una tendencia global que ha ido aumentando en los últimos años. Empresas como Google y Mercado Libre son claros ejemplos de compañías que se han amoldado a las preferencias y exigencias de los jóvenes trabajadores. Hay quienes les llaman “millenials”, o “generación Y”, sin embargo, Pérez no considera adecuado categorizarlos de esa forma ya que considera que el cambio no se da por una cuestión generacional, sino por un "cambio en la cultura del conocimiento".
Las principales críticas realizadas por múltiples empresarios uruguayos tienen que ver con que los jóvenes se han vuelto exigentes a la hora de comenzar a trabajar en una empresa. “Ya no buscan quedarse 20, 30 o 40 años en una empresa”, “priorizan más la comodidad que el crecimiento profesional”, “cambian de trabajo cada dos años”, “prefiero contratar a gente más grande pero que sea más comprometida”, “quieren mucho más tiempo de ocio”, son algunas de las opiniones que se pueden escuchar de boca de diversos empleadores uruguayos. El gerente de Recursos Humanos afirmó que esto es cierto ya que el joven de hoy prioriza mucho más su tiempo libre y de esparcimiento antes que estar ocho horas trabajando.
“La relación se dio vuelta, ahora son los jóvenes que les preguntan a las empresas qué tienen para ofrecerles a ellos, y no viceversa”, comentó Pérez y explicó además que los jóvenes trabajadores suelen "saltar" de trabajo en trabajo porque permanecer más de cinco años en una misma compañía es una señal de estancamiento para ellos. “Mantenerse 40 años en una misma empresa ya no es un motivo de orgullo como lo era antes, sino todo lo contrario”, explicó el profesional.
Según Pérez, el joven de estos tiempos tiene mucho que ofrecer, sobre todo en el manejo de las tecnologías, las nuevas ideas, y la parte creativa. Explicó además que las nuevas generaciones suelen ser más inquietas, desafiantes y que priorizan mucho su tiempo libre, la comodidad en las condiciones de trabajo, y los valores que la empresa predica.
Para el gerente de Tupperware, el problema está en que existe una brecha generacional a la que las empresas no saben cómo hacerle frente porque no están acostumbrados a manejar el concepto de marca empleadora. “Estamos acostumbrados a manejar el concepto de marca comercial, pero no sabemos cómo ser una empresa que atraiga a la gente a trabajar”, explicó y agregó que depende del tipo de empresa, y del tipo de cargo del que se esté hablando, “no es lo mismo si hablamos del personal de una agencia de publicidad, de una empresa de tecnología, o de un estudio contable, hay rubros y rubros”, comentó.
Difícil es saber cuáles son los motivos que ocasionaron esta brecha generacional, y más difícil aún es saber cómo generar un equilibrio entre los intereses del empleado y del empleador. Mientras hay quienes optan por amoldarse a las nuevas exigencias, hay otros que prefieren contratar a empleados más grandes.
Según Pérez, los empresarios deben “abrir la cabeza” y pensar en que esos jóvenes que cuestionan, exigen y critican, son también sus potenciales clientes. “Creo que tienen mucho para dar, hay que entender la lógica de su pensamiento”, concluyó el profesional.