InfoNegocios conversó con Eduardo Da Costa, director de Marcobus, empresa que comercializa todos los productos de Marcopolo, uno de los líderes a nivel mundial en fabricación de carrocerías en el mundo. Consultado al respecto de cómo se ha ido desarrollando la movilidad en Uruguay, el especialista señaló que hay ciertas condiciones para que los vehículos estén habilitados, como el hecho de que los motores deben ser como mínimo Euro 5 o híbrido Euro 3. Esto implica que se maneja una cantidad de emisión de gases notoriamente menor a modelos anteriores. Como exigencias, también se encuentra que los buses tengan aire acondicionado, piso bajo que permita accesibilidad entre otros.
Respecto a los proyectos vinculados a la inclusión de vehículos eléctricos: “está un poco paralizado e indefinido respecto a lo que va a pasar. Hay otras tecnologías que se están considerando para utilizar. En el año 2019 fui a una feria muy grande de buses que se realizó en Bruselas y una cosa que notábamos era que si bien había una gran cantidad de expositores con vehículos eléctricos también había una gran tendencia al hidrógeno, lo que sin dudas para llegar a Uruguay hay mucho que modificar” sentenció el experto.
En palabras de Da Costa, la utilización de la energía eléctrica se ve muy cuestionada, en tanto que si bien no se utilizan combustibles fósiles, no está definido qué sucederá con las baterías implementadas al finalizar su vida útil. En cambio al implementar el hidrógeno sí existe una eliminación real de la contaminación.
Según el director de Marcobus, una unidad completa, chasis y carrocería de piso simple, cuesta en el entorno a los US$ 200.000 aproximadamente, un vehículo rodoviario. Si se analiza la compra de una unidad eléctrica “estás por encima de los US$ 350.000”. La utilidad es de entre 15 y 25 años según si funciona en turismo o transporte urbano, etc.