Flotar durante 50 minutos sin necesidad de hacer ningún esfuerzo, en la tranquilidad de un ambiente controlado y totalmente relajado, hasta el punto de prácticamente dejar de sentir el cuerpo. Básicamente, eso es lo que uno hace con una cápsula de flotación. En el mundo se utilizan desde la década de 1950, en América Latina se empezaron a poner de moda más recientemente, y hace 15 días se instaló en Montevideo el primer centro de flotación del país, Float Uruguay. La pregunta es ¿para qué sirven?
Infonegocios conversó con Andrés Benia, terapeuta sistémico familiar, gestáltico, e instructor de meditación formado en India, responsable de crear el flotario. “Yo soy terapeuta desde hace más de 25 años; hace 15 años tuve la experiencia de un retiro en el que me invitaron y se basaba en hacer meditaciones en el agua. Fue una experiencia que estuvo buena y me quedó rondando en la cabeza. Me puse a investigar y encontré que aunque acá no había algo así, sí había en Buenos Aires y así es como llegué a este concepto”.
Explica que las cápsulas de flotación ayudan a “apagar el 90% del sistema nervioso central, se apagan los sentidos, el agua está a una temperatura de 36 C° y tiene sales de epsom con sulfato de magnesio, lo que permite imitar las características del Mar Muerto, donde flotas sin esfuerzo”, además de otras bondades.
Los beneficios que produce el uso de estas cápsulas se pueden dividir en dos grandes grupos. Por un lado, los físicos: “al apagar todo el organismo, los músculos entran en un estado de relajación muy profunda, lo que permite una regeneración mucho más rápida; por eso son utilizadas por muchos deportistas de alto rendimiento. Una sesión de 50 minutos equivale a cuatro horas de sueño, es difícil llegar a una relajación tan profunda de otra manera”. Además, se recomienda para quienes han sufrido lesiones o sufren de dolor en articulaciones, psoriasis o para tratamiento de dolores crónicos, incluída la fibromialgia.
En segundo lugar, la cápsula aporta beneficios desde el punto de vista sensorial e incluso espiritual. “La sensación de ingravidez, de llegar a dejar de sentir el cuerpo y los límites que este tiene, permite lograr una conexión más profunda. Para quien está en una búsqueda espiritual o simplemente está muy estresado, la flotación le ayuda a apagar esa maquinaria y conectar a un nivel más profundo”.
En el mundo hay ocho fabricantes de cápsulas, uno se encuentra en la provincia de Santa Fe, en Argentina, y es la marca que Benia eligió importar. Al mismo tiempo obtuvo la representación exclusiva para comercializar la marca en nuestro país. “Dependiendo del enfoque, es un producto atractivo para gimnasios, grandes spa y hoteles importantes. En Europa y Estados Unidos hay deportistas de alto rendimiento que tienen uno en la casa y lo usan a diario”.
En cuanto a la inversión necesaria, teniendo en cuenta gastos de flete internacional, despachantes e instalación, la inversión está entre US$ 20.000 y US$ 22.000, además del mantenimiento posterior.
Float Uruguay se encuentra en Malvín y cada sesión tiene un costo de $2200, con la posibilidad de comprar una cuponera con descuento. Según comenta Benia, están muy contentos con la respuesta que el público viene teniendo en estos primeros días desde la apertura y ya piensan en la posibilidad de expandir la marca por las posibilidades que ofrece el mercado local.
Montevideo ya tiene un lugar donde desconetarse del ajetreo diario, conectar con uno mismo, conseguir alivio o simplemente alcanzar un relax semejante al que tendriamos luego de unas vacaciones en playas paradisíacas como las de Los Roques o Maldivas.