En una industria musical dominada por plataformas digitales y algoritmos, un sello discográfico uruguayo apuesta —y con éxito— al formato más clásico de todos: el vinilo. Desde hace diez años, Little Butterfly Records edita, produce y exporta discos físicos desde Uruguay hacia mercados como Europa, Japón y Estados Unidos, combinando nostalgia analógica con visión comercial.
Fundado y dirigido por el emprendedor Mauro Correa, el sello ha construido un modelo de negocios sustentable que incluye la recuperación de obras emblemáticas de la música uruguaya, la inversión en artistas emergentes y la comercialización tanto física como digital de su catálogo.
“Lo que comenzó como una corazonada se convirtió en un negocio sustentable”, resume Correa en diálogo con InfoNegocios, quien lanzó el primer vinilo del sello en 2015. Little Butterfly Records nació con la misión de recuperar discos icónicos de la música nacional en formato vinilo, una tarea que requiere pasión por la música y estructura empresarial.
La reedición de un disco implica varios pasos técnicos y administrativos: desde la compra de licencias discográficas y la reconstrucción del arte original, hasta la masterización del audio y la fabricación del vinilo. Este proceso se realiza actualmente en una planta ubicada en la República Checa —la más grande del mundo en su rubro—, dado que en Uruguay no existen fábricas operativas desde principios de los años 90.
A pesar de los costos logísticos y de producción, que incluyen impresión, transporte, impuestos y derechos de autor, el sello ha logrado posicionarse como referente regional en edición de vinilos. Hoy produce unas 10.000 unidades anuales, el 90% correspondiente a su propio catálogo, y exporta a mercados exigentes como Estados Unidos, Europa y Japón.
Una estructura diversificada
Más allá del formato físico, Little Butterfly Records también ha sabido adaptarse al ecosistema actual de la música. Su estructura combina edición digital (Spotify, Apple Music, YouTube), venta minorista de discos propios y de terceros, y servicios de fabricación tercerizada para otros sellos e independientes.
Este modelo de negocio diversificado le ha permitido al sello invertir a largo plazo en talentos emergentes, mientras sostiene la reedición de obras históricas. “Una cosa es trabajar con artistas consagrados como Jaime Roos o Rada, y otra es apostar por nuevas generaciones”, explica Correa. “Es una inversión que no siempre da retorno inmediato, pero que siembra para el futuro”.
El sello también participa en la creación de productos editoriales únicos: las reediciones suelen incluir fotografías inéditas, textos de contexto histórico y créditos corregidos, como forma de darles a las obras un carácter definitivo y patrimonial.
Limitaciones del mercado local y oportunidades globales
Uruguay tuvo tres fábricas de vinilo activas durante el siglo XX, pero todas cerraron a comienzos de los 90. Desde entonces, no se ha vuelto a producir vinilo en el país. Aunque en la región han reactivado plantas en Argentina, Chile y Perú, Correa no ve viable —al menos por ahora— una iniciativa similar a nivel local. “El costo por unidad sigue siendo más bajo en Europa, y no hay una demanda suficientemente alta en Uruguay como para justificar la inversión”, señala.
Sin embargo, sí existe una comunidad creciente de oyentes, coleccionistas y consumidores de vinilo. “Vas a cualquier ciudad del mundo y hay disquerías. Hay una cultura en torno al vinilo que no solo se mantuvo viva, sino que creció”, explica. En este contexto, Little Butterfly se propone mantener su estructura actual y continuar desarrollando nuevos proyectos, tanto en el ámbito editorial como en el artístico.
En ese sentido, adelantó que hay varios discos en fábrica, listos para salir al mercado este año: Inédita, de Eduardo Mateo y Diane Denoir; Radio Babilonia, de Los Traidores (primicia total); Pero la canción, de Nair Mirabrat (álbum doble); La ruta de la seda, de Nicolás Ibarburu, y un disco de jazz basado en versiones de Rada, del proyecto The Rada’s Old Boys. Además, se preparan dos discos de artistas de trayectoria, cuyo lanzamiento se espera para este año.
Little Butterfly Records es una muestra de que en Uruguay también se pueden generar negocios globales desde la cultura. Con un producto tan tangible como un disco de vinilo, el sello ha logrado combinar memoria, arte y estrategia comercial para construir una marca que hoy suena —literalmente— en varios rincones del mundo.