La bodega Bouza nació como un emprendimiento familiar que creció a fuerza de poco volúmen y mucha calidad. Hoy, con casi 30 años de experiencia, la marca ya se ha mezclado en prestigiosas listas que rankean a las mejores bodegas del mundo y en este 2024, lejos de dormirse en los laureles (o viñedos), persigue varios objetivos.
Así lo confirmaron a InfoNegocios Juan Pablo Bouza y Eduardo Boido, Gerente General y enólogo Socio de la compañía, respectivamente. Según explicaron, entre las principales unidades de negocio se encuentra la elaboración de vinos para el mercado local, el área de turismo, restaurantes, boutiques de vinos, venta de productos importados relacionados al vino o al servicio y también exportación a mercados internacionales como Estados Unidos, Brasil, Reino Unido y hasta China, siendo los principales los dos primeros.
Al día de hoy, la empresa produce entre 180.000 y 200.000 botellas por año, 25% de las cuales vende a través de sus locales, 25% en el mercado interno de supermercados, freeshops o vinerías, y el restante 50% es exportado.
Si bien comenzaron plantando viñedos en el departamento de Canelones, por el 2008 surgió la inquietud de probar nuevas zonas. “Ahí fue que empezamos a plantar en la zona este, y lo que empezó un poquito tímido en el viñedo de Pan de Azúcar siguió con un segundo viñedo en Las Espinas, donde ahora estamos haciendo una pequeña bodega, a la altura del kilómetro 104 de la Interbalnearia”, cuenta Boido. ¿De qué se trata exactamente el proyecto?
Además de un viñedo, en Las Espinas está uno de los restaurantes de Bouza, en la cima de un cerro a 200 metros de altura, que tiene una hermosa vista de 360 grados. “Lo que pensamos es hacer una bodega pequeña, con tanques pequeños para poder elaborar con una capacidad de producción de unos 60.000 kilos. Los tanques son 12, de 3.500 litros cada uno. El objetivo no es aumentar la producción sino darle a los viñedos del este una bodega con las dimensiones que requiere para poder apuntar a la más alta calidad”.
Según adelantaron, el objetivo es que la nueva bodega quede lista para este año y la inversión rondará los 3.000.000 de dólares. “La idea es que quede cada vez más linda con el pasar de los años” con detalles como techo de cobre y una cubierta de madera sin tratar que aportarán cada vez más personalidad a la edificación. A su vez, con el objetivo de cuidar el entorno, la estructura está apoyada sobre pilares en la roca, sin necesidad de transformar el paisaje o el suelo.
Por último contaron que existe un proyecto para hacer un hotel en la histórica bodega de Melilla. “La idea es crear un hotel boutique. Hay una casona antigua que es de 1920, una casa muy grande y tenemos un proyecto para hacer un hotel de entre ocho y diez habitaciones, siempre apuntando la más alta calidad, tanto en gastronomía, en hotelería y con los vinos. Nos entusiasma porque sería un lugar lindo para que la gente pueda venir a almorzar, quedarse en el hotel, cenar o conocer Montevideo. Creemos que es un proyecto para concretar en 2026”.
Mientras tanto, Bouza sigue creciendo sobre la misma base que la trajo hasta acá: “siempre estamos trabajando para ir mejorando y mantener esa calidad. No es fácil pero esperamos poder hacerlo y que cada vez se nos conozca un poquito más, no por el volumen sino por hacer poco y bien, un producto de buena calidad y que siempre está bien”, cerró Juan Pablo.