Simon Sinek sin duda no necesita presentación, porque muchos o al menos la inmensa mayoría ya lo conocen como uno de los mayores expertos mundiales en liderazgo, autor de varios libros de éxito y de una de las charlas TED más populares de la historia, How great leaders inspire action, vista ya por casi 50 millones de personas.
En su último libro, El juego infinito, el autor explica cómo muchas compañías se equivocan al enfrentar “juegos infinitos” –como pueden ser los negocios– como si fueran “juegos finitos”, en los que hay reglas que no cambian y siempre existe un ganador y un perdedor. Según Sinek, el gran error de muchos líderes es enfrentar ese “juego infinito” con una “mentalidad finita”, pensando que lo importante es ganar, cuando lo realmente importante es perdurar.
Dicho de otro modo, para Sinek existen dos tipos de juegos. El finito que todos conocemos puede ser un partido de fútbol, que tiene sus reglas, competidores bien identificados y un tiempo –90 minutos– establecido para que haya un ganador. El infinito, en cambio, son esos juegos en los que no hay un período limitado de tiempo ni los jugadores son siempre los mismos y las reglas muchas veces son difusas. El mayor propósito de un juego infinito es lograr que el juego nunca termine.
Una de las frases más inspiradoras que cita Sinek en el libro El juego infinito, cuyo precio en Uruguay es $ 1.050, es la del presidente de Victorinox, la famosa marca suiza que tuvo que reinventarse para no depender de un solo producto. “Nosotros no pensamos en trimestres. Nosotros pensamos en generaciones”.
Ese es el juego en el que están los negocios y las marcas, por eso ningún CEO ni gerente debería pensar que su juego es finito.
Una lectura más que recomendable para aplicar en las organizaciones y en la vida misma.