La respuesta de Irán no se hizo esperar y bombardeó bases militares iraquíes que albergaban soldados norteamericanos, en este caso no se registraron muertes. En este contexto de máxima tensión, los mercados financieros reaccionan y algunos movimientos pueden ser previsibles.
Efecto Trump:
La prensa lo ha bautizado como el “efecto Trump”, un concepto que sirve para definir el salto adelante que ha dado la economía estadounidense desde la llegada del republicano a la Casa Blanca. Como si fuera uno de sus hoteles, el magnate heredó unos cimientos sólidos, pero sin lustre y, en menos de dos años, ha conseguido darle el revestimiento que les faltaba para que parezcan un establecimiento de lujo.
Caracterizado por proteccionismos de la industria norteamericana, exoneración de impuestos a la producción local, un fuerte sentido de pertenencia, exaltación del sentimiento norteamericano y con discursos agresivos y sin temor a las consecuencias, el presidente Trump ha liderado un muy exitoso ciclo económico de su país.
En el inicio de su mandato, los mercados financieros reaccionaban ante cada tweet o declaración del presidente, pero con el paso del tiempo han asimilado su manera de declarar y los movimientos ya no son tan agresivos. Para tener en cuenta, luego del bombardeo a Irán la bolsa americana, que en otras épocas hubiera tenido una sesión bajista, prácticamente operó sin sobresaltos. Sumado a esto, los 3 principales indicadores de la salud de una economía, crecimiento, inflación y empleo, se encuentran en su mejor momento.
El PBI creciendo igual o mayor que su previsión, la inflación contenida en el rango objetivo del 2% y la tasa de desempleo situada en 3,5% lo que se puede definir como “pleno empleo”.
Por lo tanto y más allá de sus posturas y conflictos la bolsa norteamericana sigue siendo uno de los mercados mas tentadores para este 2020 y el consenso de analistas sitúa las proyecciones del S&P500 en un 16% para este año.
Petróleo:
Por la ubicación geográfica del conflicto, uno de los mayores temores a nivel global pasa por el precio del barril de petróleo. De desatarse un conflicto bélico, no sería de extrañar disminución del suministro y extracción de petróleo en las zonas afectadas, colaborando ello a un aumento del precio del barril.
Sin embargo, el petróleo se ha mantenido en su rango de cotización, el WTI en los US$ 55 a US$ 60 por barril y el BRENT entre los US$ 62 y US$ 68 por barril.
Esto se debe a que la principal zona afectada de producción sería Irán, la cual actualmente esta sancionada por los EE.UU. y su producción ha sido suplida por otros países productores. Sumado a ello la OPEP planea continuar con sus recortes de producción, lo cual también indica, que si existiera escases, están en condiciones de producir más. Por último, EE.UU. tiene las reservas de petróleo más grandes de su historia. De esta manera en un inicio de un conflicto bélico el precio del crudo debería mantenerse contenido en sus rangos actuales.
Oro
En momentos de inestabilidad y volatilidad en los mercados, el Oro tiende a subir su valor. Esto es debido a su condición universal de valor de refugio, esto quiere decir que en momentos turbulentos el oro tiende a comportarse de manera mas estable que otros productos financieros. Otra característica importante es su liquidez, el oro es convertible en cualquier parte del mundo a la moneda que uno desee.
Actualmente tenemos otro escenario que favorece al oro y es la política monetaria de la reserva federal de los EE.UU.. La popular FED lleva 3 recortes de tipos de interés consecutivos, los mismos alentados y promovidos por el presidente Trump con el fin de aumentar e incentivar el consumo, generando una leve depreciación de la moneda americana frente a la onza de oro.
Actualmente la onza troy cotiza en US$ 1.560 y si próximo objetivo se traza en superar los U$S 1.600 por onza.
¿Cómo prepararse?
En conclusión y analizando 3 de los principales mercados que pueden verse afectados por este conflicto, los inversores a nivel global se preparan para un año de buen rendimiento en la bolsa norteamericana, esperando la consolidación del S&P500 por encima de los 3.300 puntos y con un recorrido estimado de 16% de crecimiento para el índice.
Asimismo, el mercado petrolero debería prepararse para un buen año, con precios sostenidos y jugando entre los rangos actuales sin mayores consecuencias.
Por su parte el oro parece ser el gran beneficiado de todas estas coyunturas ya que no solo su característica de valor de refugio le augura crecimiento, sino también las políticas monetarias de los EE.UU..