El transporte, en todas sus formas, es uno de los elementos que mayor contaminación genera en el mundo entero. La movilidad ineficiente y la falta de planificación urbana son las responsables de algunos de los hechos más preocupantes del planeta. Por ejemplo:
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En la Unión Europea, más del 30% de las emisiones de CO2 proceden del sector del transporte.
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En España el 75% del dióxido de nitrógeno (NO2) procede del tráfico rodado y del transporte terrestre y afecta justamente a la calidad de vida de las personas que viven en las zonas circundantes.
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Según la OMS, México es el país con más muertes a causa de la contaminación en toda Latinoamérica.
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En Argentina, los buses causan el 18,5% de la contaminación.
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En Uruguay, el sector del transporte es de los más vinculados a las emisiones totales al aportar entre 15% y 20% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
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El 37% del consumo energético en Chile es del transporte. Un 81% de ese 37% es del transporte terrestre.
A pesar de todo esto, la movilidad es una actividad esencial para la vida diaria de las personas. No puede dejar de existir. Con ella, se puede asegurar el bienestar y la satisfacción de diversas necesidades como alimentarnos, trabajar, socializar, estudiar, entre otras cuestiones.
¿Cuál es la solución?
Resulta fundamental garantizar una movilidad segura, eficiente, económica y por sobre todas las cosas, sostenible. Porque no habrá futuro de la humanidad sin prácticas que impacten positivamente sobre el medioambiente.
“Las ciudades están creciendo a ritmos muy altos y si los que estamos acá en la industria no hacemos sinergia, el impacto puede ser negativo. La movilidad es la pieza fundamental para igualar las condiciones en las que vivimos todas las personas” - comentó Joaquín Di Mario, CEO de Ualabee, en Movilidad Latam 2030.
El paradigma de movilidad sostenible implica un cambio en la priorización de los modos de desplazamiento. Esto no quiere decir dejar de utilizar el automóvil, pero sí que este pase a un segundo plano y, en cambio, tratar de realizar la mayor cantidad posible de viajes en transporte público o en medios de movilidad “verdes” como la bicicleta o la caminata.
Para eso existen aplicaciones como Ualabee, que sugieren la mejor alternativa de viaje de un punto A a un punto B, integrando diversos modos de movilidad en una misma plataforma: servicios de ride-hailing, transporte público, micromovilidad (bicicletas, scooters eléctricos) y taxis, para que los usuarios puedan compararlas y seleccionar la más conveniente según costos y tiempo.
Además, pueden medir su huella de carbono en ese viaje - a través de la aplicación - y verificar cuánto CO2 han ahorrado en comparación a si hubieran realizado ese mismo viaje en automóvil particular.
Movés, en Uruguay, también promueve un sistema de movilidad sostenible, bajo en carbono, eficiente e inclusivo, basado en la mejora de las capacidades institucionales, el desarrollo de una regulación adecuada, la aplicación de tecnologías innovadoras y la promoción de un cambio cultural. Entre sus acciones puntuales, busca potenciar el uso del transporte público de pasajeros y la movilidad activa (caminata y bicicleta), así como el recambio de vehículos de pasajeros, transporte de carga y logística de última milla, a vehículos eléctricos y sostenibles.
“Es importante conocer el impacto de nuestras acciones, sólo así sabemos lo que estamos generando y podemos tomar conciencia. Una estrategia de descarbonización incluye al menos 3 puntos: reducción, compensación y medición”. Joaquín Di Mario, CEO de Ualabee.
En este sentido y afortunadamente, será cada vez más fácil - si cada uno pone su aporte y semilla - lograr una movilidad cada vez más sostenible. Mientras tanto será la conciencia de cada persona la que elija qué medio priorizar en estas circunstancias.