Desde hace un tiempo a Martín Sastre le venía dando vueltas en la cabeza una idea interesante: crear una moneda digital pensada para los artistas. Luego de un 2020 muy movido, fundamentalmente por lo que significó el estreno en Netflix de Nasha Natasha, el filme acerca de la vida de la cantante uruguaya Natalia Oreiro en su gira por Rusia, Sastre terminó reuniéndose con Andrés Malaneschii y Gastón Solari Yrigoyen y los tres terminaron de darle forma a Lala, una plataforma en la que los creadores -de cualquier disciplina artística- pueden poner en valor el dinero que necesita, mensualmente, para llevar a cabo una obra.
“Se trata en concreto de un espacio en el que los artistas pueden capitalizar el tiempo de su trabajo, generando a través de la realización de sus proyectos u obras un acceso a una economía formal”, dijo Malaneschii a InfoNegocios, agregando que “Lala es una especie de Netflix para los artistas y creadores de todo tipo”, ya que funciona por medio de suscripción.
Según Malaneschii, los “ángeles” -como se denominan los usuarios dentro del sistema- pueden, de acuerdo al feed que hayan seleccionado de un tipo de disciplina o artista específico, aportar un monto determinado de Lalas, la moneda virtual que se utilizará, cuyo valor estimado es de US$ 0,36 por 1 Lala.
“Cada artista puede presentar la cantidad de proyectos que quiera, no hay ningún límite para eso -dijo Malaneschii-, pero sí debe comprometerse en compartir todo el proceso creativo con sus suscriptores, con sus ángeles, quienes están pagando sus Lalas por ver ese trabajo”.
Una vez finalizada la obra, los suscriptores -que como mínimo deben pagar 10 Lalas por un proyecto- tendrán la posibilidad de participar, de forma exclusiva, en una subasta de la obra de su artista favorito.
Cabe destacar que Lala cuenta con el apoyo del Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de la Universidad ORT y fue seleccionado como uno de los proyectos para ser financiados en la primera edición del Carolan Fund for Entrepreneurial Research, un acuerdo firmado entre el Carolan Research Institute de Estados Unidos y la CIE-ORT.
Sin duda esta plataforma invita a cambiar el modo de crear y apoyar el arte, ya que si un artista necesita un ingreso fijo por mes para trabajar en su obra necesita de Lalas y de sus suscriptores, esos antiguos mecenas devenidos en modernos “ángeles”.