Sin duda la noticia de la apertura del mercado filipino para la carne bovina uruguaya, en este caso congelada con y sin hueso, así como también menudencias, es muy buena para el país y sobre todo para los 22 establecimientos que obtuvieron la habilitación, de los cuales 21 son plantas de faena de bovinos –cinco también habilitadas para ovinos– y un establecimiento de desosado, según indicó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Entrar en Filipinas significa poner un pie en un mercado con más de 117 millones de habitantes y que ocupa un lugar importante entre los principales importadores de carne bovina a nivel mundial, posicionándose en el lugar N° 20, alcanzando en 2024 las 220.000 toneladas y con una proyección de crecimiento, para 2025, del 3%.
Ahora bien, el dato interesante con esta apertura de mercado es la posibilidad que tiene Uruguay de ir incorporándose a un bloque comercial poco explorado por el país: ASEAN (Association of Southeast Asian Nations), un significativo grupo importador de carnes.
La ASEAN está compuesta por 10 países –Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam–, cuya población en conjunto representa el 9% mundial, con más de 665 millones de habitantes.
Según datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), entre 2018 y 2020 este bloque importó un promedio anual de 2.382 millones de dólares y 644.000 toneladas de carne bovina, con un precio promedio de importación de US$ 3.700 por tonelada peso embarque aproximadamente. En este sentido, ASEAN representa el 6,5% de la importación mundial de carne vacuna en valor. En términos de productos, el 86% del valor importado en el período mencionado corresponde a carne congelada sin hueso.
“Son cuatro los miembros del bloque que explican el 80% de la importación total en valor: Indonesia, Malasia, Filipinas y Vietnam –dice INAC–. Del lado de los proveedores, esta proporción se explica por las colocaciones de India, Australia, Estados Unidos y Brasil”.
En este escenario Uruguay tiene un enorme potencial para hacer crecer sus exportaciones hacia esta región, empezando por Filipinas, donde nuestra carne puede estar prácticamente en toda su gastronomía, profundamente influenciada por la cocina española, cuya presencia estuvo por más de 250 años, tiempo en el que el territorio de Filipinas fue gobernado por el Virreinato de Nueva España.