Durante dos años, más precisamente para el período 2021-2023, Juan Pablo Saibene buscará construir, impulsar y fortalecer la nueva generación de empresarios de nuestro país. Dicho de otro modo, al frente de la presidencia de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) -institución que está en plena adolescencia ya que fue creada en 2006-, Saibene tiene claro que para representar los intereses de las diversas industrias que integran la asociación -con más de 250 socios- tiene que “hacer foco en tres pilares: el desarrollo profesional de los jóvenes empresarios, jóvenes en el sentido de tener un andamiaje comercial de tres, cuatro o cinco años o más, pero con mucho camino por recorrer; el fortalecimiento del networking para seguir generando valor a la comunidad; y por último, el de la construcción de una imagen representativa del empresario joven”.
¿Qué tipo de imagen es esa? Según el presidente de AJE y CEO en Qualabs, “se trata de un empresario que es sumamente consciente que tiene responsabilidades con la sociedad, un empresario que no busca solo capturar valor sino generarlo, como tampoco busca competir sino colaborar”.
Es decir, para Saibene la motivación del empresariado del futuro pasa “por un compromiso real con la transformación social y económica del país, un cambio que surge mediante su actividad empresarial entendida no solo para obtener rentabilidad, sino para alcanzar un propósito mucho más amplio”.
Saibene dijo a InfoNegocios que sin duda hay un tema generacional -de hecho hablamos de millennials e incluso centennials- que facilita la evangelización del empresariado joven “hacia un camino que apunte más a una búsqueda de propósito”, sin descuidar está claro “la búsqueda de riqueza, pero con la claridad de que esto último es el resultado”.
¿El “viejo empresariado” es un obstáculo para consolidar esa imagen? Para Saibene no. De hecho, el flamante presidente de AJE dijo que “no existe ese modelo de empresario, lo que hay es una imagen enquistada de un modelo, por eso una de nuestras metas de trabajo es resignificar esa imagen”.
“Lo que sí existe como obstáculo -agregó Saibene- es, por un lado, el mercado. Uruguay es muy chico y cualquiera que quiera emprender un proyecto debe pensarlo en un marco regional y global. Por otro lado, atado a esta competencia internacional, el obstáculo más frecuente es el de las fuentes de financiamiento, algo que afortunadamente ha venido cambiando a través de un ecosistema de organismos que hace 15 años no existían”.
Para finalizar Saibene instó a todos aquellos empresarios jóvenes que quieran sumarse a AJE no duden en hacerlo, ya que el único requisito excluyente es tener ganas de compartir, porque así se facilita el hecho de que todos puedan ganar-ganar.
“Además -agregó el empresario-, la renovación en AJE es permanente y la posibilidad de crecimiento también. Es más, en mi caso entré a AJE en 2017 y ahora estoy aquí, rodeado de personas dispuestas a colaborar. Dirigir una empresa es una tarea muy solitaria, necesitamos formar parte de una comunidad y eso es AJE”.