El financiamiento de la ciencia es arduo, y aún más con recursos públicos. “A veces el conocimiento se desarrolla, tiene potencial de impactar en la vida de las personas, pero si no hay un plan de implementación y apoyo económico, esas soluciones suelen quedar en papers y no llegan a impactar verdaderamente en la sociedad”, apuntó la gerente de Innovación y Transferencia Tecnológica del Institut Pasteur de Montevideo, Vanessa Piattoni, en diálogo con InfoNegocios.
Bajo esta premisa es que la casa de estudios fundó, junto al fondo de capital de riesgo FICUS Advisory, Lab+: una alianza que busca captar capital privado para apalancar a startups que desarrollen soluciones asociadas a la salud humana, animal o ambiental.
Por tercera vez desde su fundación, está en curso una ronda de capitalización para captar inversores. Esta etapa terminará en agosto. Luego se hará un llamado internacional a científicos, que podrán recibir hasta 750.000 dólares de financiamiento y el acompañamiento de los profesionales del Institut Pasteur por dos años.
Lab+ se queda con un porcentaje de las acciones de las compañías en las que invierte, se asocia ellas y las acompaña durante su desarrollo.
Piattoni, la gerente de Innovación y Transferencia Tecnológica, recordó que la primera ronda de inversión fue hace dos años. Como company builder, Lab+ invirtió primero en cuatro empresas uruguayas, que ya accedieron a los 750.000 dólares.
Sin embargo, en el segundo llamado se apuntó a captar empresas emergentes de todo el mundo. Este segundo llamado se hizo el año pasado y hubo 52 postulantes de ocho países. Tras el cierre de la convocatoria, Lab+ preseleccionó 18 proyectos y luego redujo la lista a 10, que se presentaron ante un Comité de Inversión preliminar, integrado por los particulares que vuelcan su dinero a estos proyectos.
Finalmente fueron cinco los elegidos, provenientes de Francia, Argentina y Uruguay. “Con ellos se hizo un trabajo intensivo mediante el cual se buscó desarrollar el modelo de negocios, entender cómo implementar la innovación de las compañías, su mercado, el presupuesto y la propiedad intelectual. Estamos preparando los documentos para concretar la inversión con las empresas ya aprobadas por el comité de inversión”, explicó Piattoni.
Lab+ no solo les da fondos, sino que les brinda un acompañamiento estratégico, administrativo y de gestión durante los primeros años.
¿Cómo se hace este seguimiento? “Todas las startups se empiezan a constituir. Hay un proceso de creación de cada una de ellas y todas tienen un plan de implementación, que es distinto en cada caso, con un modelo de negocios ya desarrollado y objetivos definidos para los próximos dos años”, apuntó la gerente de Innovación y Transferencia Tecnológica.
La meta de Lab+ es financiar, a través de los inversores privados que vierten dineros al fondo, a al menos 14 empresas biotecnológicas emergentes. Ahora, con esta nueva ronda de capitalización, queda la puerta abierta para que esto se concrete.
Qué innovaciones proponen los últimos cinco proyectos seleccionados
Uno de los proyectos trabaja en el desarrollo de una nueva metodología de diagnóstico y terapia para la tuberculosis, tanto en humanos como en animales. “Es más rápido, simple, e incluye más información a la hora del diagnóstico. Por ejemplo, permite hacer un diagnóstico en un par de horas -lo que hoy en día lleva varias semanas- e incluso entender si esa bacteria que está generando la tuberculosis es resistente a algún tipo de antibiótico o no. Se pueden acortar los tiempos de tratamiento y hacerlos más precisos”, afirmó Piattoni.
La segunda startup propone el desarrollo de tecnología asociada a nuevos equipos de microscopía.Se trata de una tecnología que permite hacer un diagnóstico mas simple y rápido de márgenes tumorales en cirugía oncológica.
A su vez, otro proyecto trabaja en el diagnóstico de enfermedades cerebrales. La técnica propuesta permite identificar cierto tipo de afecciones a través de una muestra de sangre, en lugar de una biopsia en el cerebro, que es extremadamente compleja, riesgosa y costosa.
Piattoni contó que la cuarta compañía trabaja en una forma de edición génica de plantas que logra mejorar sus cualidades para el mercado, o incluso cómo crecen las forrajeras, para que tengan un mejor rendimiento en el campo. “No son transgénicos, que es uno de los cuestionamientos que a veces se da en la edición en plantas”, aclaró la gerente.
Finalmente, la quinta startup está abocada al diseño de un modelo matemático aplicado a la biología, que permite modificar y cambiar la forma de almacenar los datos genómicos. “Prácticamente es un cambio de paradigma. Tiene un potencial enorme”, subrayó la jerarca del Institut Pasteur.