Enjambre a enjambre, Treinta y Tres se posicionó como uno de los departamentos con mayor producción de miel. En un año normal, los olimareños elaboran unos 60.000 kilos, que si bien parte son absorbidos por el consumo interno, la mayoría se destina a la exportación. Canadá, EEUU, España e Italia son los principales mercados.
La Mesa Apícola de Treinta y Tres reúne a unos 60 emprendedores, y según uno de sus referentes Santiago Pereira, si bien la sequía de primavera jugó en contra de la última cosecha, la aplicación de técnicas de trashumancia (mover las colmenas de un lugar a otro en la búsqueda de alimentos) permitió alcanzar buenos niveles de producción.
"La miel de Treinta y Tres tiene muy buenas condiciones ya que tenemos uno de los departamentos con menor incidencia de la soja. Esto evita que las abejas se acerquen a los cultivos, generando colmenas sanas y una miel de muy buena calidad. Eso no pasa en todos los departamentos¨, explica.
A esto se suman las condiciones de la cuenca Cebollatí-Olimar-Parao, con mucho monte natural, y el avance de la forestación, que de abril a mayo permite aprovechar los eucaliptos para alimentar a las colmenas y así mejorar la producción.
Pero más allá de estos factores naturales, la diferencia la están haciendo los precios internacionales. Hace cuatro años, el precio de US$ 1,10 por kg de miel generó que muchos productores no pudieran hacer frente a los costos y tuvieran que cerrar. Este año en cambio se llegaron a realizar exportaciones con valores de U$D 2,95, generando un renacer de la actividad.
Han llegado mas productores al espectro y las expectativas son otras: "estamos con mas ánimo y creciendo en colmenas", explica Pereira. Otra consecuencia de este escenario favorable es que aumentaron las inscripciones para los cursos de Iniciación Apícola.
Desarrollar una colmena tiene una inversión de entre US$ 80 a 90 dólares americanos, y cada una da entre 15 y 20 kg por cosecha, realizándose dos cosechas al año. Pero para que la actividad sea rentable se necesita de volumen. Hoy de los casi 60 productores que tiene la Mesa Apícola, solo unos 25 se dedican fuertemente a la actividad, mientras que los demás la trabajan como un ingreso extra.
“Los precios de la miel son buenos, los mercados valoran nuestra calidad y hay una tendencia por adquirir estos productos mas sanos y naturales. Por eso la apicultura no tiene techo. Esto ha sido todo positivo y está generando que más gente se incorpore al sector. Tenemos un buen futuro por delante", concluye Pereira.
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