De acuerdo a un informe del New York Times, la industria global de la animación, valorada en 420 mil millones de dólares, se ha convertido en una de las áreas del entretenimiento más permeables a la disrupción tecnológica. Uno de los ejemplos más recientes de este fenómeno es la irrupción del estudio Toonstar, que con producciones elaboradas con IA ya cuenta con más de 3 millones de suscriptores en YouTube.
Fundada en Los Ángeles por veteranos de DreamWorks y Disney, la start up Toonstar produce para YouTube la serie "StEvEn & Parker". Semanalmente tiene más de 30 millones de visualizaciones. Según sus fundadores, citados en el artículo, al integrar la IA en todo el proceso productivo, logran crear episodios completos un 80% más rápido y un 90% más barato que los métodos tradicionales.
A modo de ejemplo sobre cómo logran esas reducciones de costos, el periodista Brook Barnes relató el trabajo interno en la productora. En su artículo detallaba cómo la sincronización de labios de un personaje, que podía demorar hasta cuatro horas por minuto, ahora se completa en 15 minutos gracias a una herramienta de IA.
Para la creación de imágenes, Toonstar desarrolló su propio generador, llamado Ink & Pixel. La empresa también usa un software de IA para analizar guiones e identificar qué nuevos recursos visuales se necesitarán y otro, de la startup ElevenLabs, para doblar las voces a otros idiomas para su distribución internacional.
La irrupción de la IA generativa provocó una fuerte reacción en Hollywood, donde los trabajadores creativos la han visto como una amenaza para sus empleos. Más allá de ese ámbito, el tema es controvertido en todo el mundo por ese mismo motivo y también debido a la forma en que se entrenan los sistemas de Inteligencia Artificial Generativa para adoptar formas y estilos de ilustrar y animar en base a trabajos protegidos por derechos de autor.
Frente a esto, The New York Times destaca la postura de Toonstar, que asegura operar con un motor de IA "limpio de derechos de autor", entrenado exclusivamente con obras de arte que ellos mismos comisionaron. Su lema, recogido en la nota, es "H.I.T.L." (Humanos en el Circuito), y su meta es que la IA realice el 70% del trabajo, dejando que los artistas se encarguen de los detalles subjetivos y la personalidad.
"La IA solo te da la base", afirmaba su diseñadora principal, Holly DiFilippis, "Nuestra labor como artistas es añadir una personalidad visual".
Este no es el único caso de estudios que se apoyan en estos nuevos sistemas. También están los de AiMation Studios en Gran Bretaña, que produjo un largometraje enteramente con IA, y otras startups en Estados Unidos como Runway, Asteria e Invisible Universe. Hace algún tiempo, tal como afirmaba la nota del New York Times, Jeffrey Katzenberg, exdirectivo de Disney, había afirmado que pronto se necesitarán solo 50 personas para hacer una gran película de animación, en lugar de las 500 de hace una década. Para algunos, esto representa una amenaza; para otros, la democratización y el abaratamiento de una industria tradicionalmente muy costosa pero marcada por el pulso de los artistas.
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