Agiles no tan ágiles

La presión sobre las empresas para que se transformen con el fin de impulsar una mayor productividad, velocidad, compromiso del cliente y retención de empleados nunca ha sido tan grande. Las organizaciones que quieren ser rápidas, transformar las experiencias de los clientes y obtener ventaja sobre la competencia a menudo recurren a la metodología Agile.

 

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Si bien utilizan técnicas ágiles para lograr algunos avances, no se vuelven más ágiles como organización. Plantar muchos árboles ‘sueltos’ ágiles no se convierte en bosques ágiles. En términos técnicos, no logran agilidad empresarial.

Hemos visto que, al ayudar a las empresas a gestionar sus transformaciones ágiles, abundan los obstáculos. A menudo, las organizaciones dedican tanto tiempo y energía a configurar su programa de transformación que pierden de vista los desafíos organizacionales reales. Cuando llegan a la etapa de ejecución, puede ser demasiado tarde. Es fundamental establecer claros KPIs al comienzo que permitan medir beneficios después.

El éxito de las metodologías Agile depende de que las personas estén empoderadas y sean autónomas y eso requiere, no solo implementar metodología, sino romper silos entre funciones comerciales y de soporte técnico interno. Cuando las empresas dominan los métodos ágiles y los amplían en toda la empresa, pueden acelerar la innovación para seguir siendo relevantes para el mercado y fiscalmente sólidas.

Marcos Giménez, director de Consultoría de Negocios de PwC Uruguay

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