Uno de los mayores dolores de cabeza que enfrentan las empresas de construcción al finalizar un proyecto es qué hacer con el escombro que se genera y acumula durante semanas y meses de trabajo. A veces, alguien necesitado de nivelar un terreno pone un cartel de “se recibe escombro”, pero claramente no alcanza para solucionar la problemática. De hecho, tantos desperdicios se generan en las obras y tan poco regulado está el sistema que, en Montevideo, la Intendencia Municipal decide hacerse cargo de recibir gran parte del escombro de obras en la usina Felipe Cardoso. Sin embargo, esto desencadena otra serie de problemas, como la pérdida de espacio en la usina para los desperdicios familiares, ya que los residuos de obra llegan a tragarse hasta el 30% del espacio.
En el año 2010 un grupo de estudiantes de arquitectura tomó conciencia de estos problemas y se pusieron a pensar alguna solución viable y rentable para transformar el escombro en piezas de hormigón comercializables. En el año 2016 retomaron el proyecto ya con la idea de crear lo que hoy es RCD Reciclaje, una empresa dedicada a promover la conciencia y la cultura del reciclaje, alineados a los modelos globales de economía circular, evitando la disposición final de los residuos de construcción.
Según contó a InfoNegocios Giannina Ceruti, Arquitecta Directora y co fundadora de RCD, desde que comenzó el proyecto vienen trabajando el tema conceptual detrás de su modelo: “el escombro es un residuo y el generador del residuo se tiene que hacer cargo. En eso venimos trabajando desde hace seis años”.
Con esto en mente, el modelo de negocios de RCD consiste en recibir el escombro de obra libre de mezcla, triturarlo, tamizarlo y transformarlo en áridos reciclados. Con ese material fabrican nuevos productos de hormigón. Con esto se logra sustituir las áreas de cantera (extracción natural de recursos) por áreas de escombro para hacer productos que vuelvan a obra, cerrando el círculo.
RCD cobra una tarifa de gestión de 0.75 UR ( $1125 al valor de hoy) por metro cúbico. Las empresas que encargan sus residuos a RCD reciben reportes técnicos mensuales y el certificado correspondiente por disponer responsablemente de sus residuos.
Con el material que se procesa se fabrican productos como mobiliario de hormigón urbano, pavimento ecológico, baldosas, baldosones y más. Estos productos se comercializan a través de la web de RCD y también en puntos de venta como Sodimac, Juan Construye y algunas barracas.
Para poner la maquinaria en marcha, RCD fue incubada por la Incubadora Sinergia y, en distintas etapas, recibió apoyo de la ANII y de ANDE. En total, la inversión inicial rondó los US$ 200.000. Giannina cuenta: “hoy recibimos entre 500 y 1000 metros cúbicos por mes y de eso se procesa mensualmente la mitad por un tema de capacidad. La idea es traer más máquinas y crecer para duplicar o triplicar la capacidad de procesamiento, pero es progresivo”.
Para entrar en el mercado RCD tuvo que crear su propio mercado, porque no existían en Uruguay propuestas del estilo. Hoy, a seis años de haber comenzado, la empresa está logrando algo disruptivo y marca un camino en lo relacionado a la economía circular.
Tu opinión enriquece este artículo: