InfoNegocios se comunicó aleatoriamente con 15 restaurantes de Montevideo para saber si tenían su menú adaptado para personas con discapacidad visual. El resultado del relevamiento fue concluyente: ninguno tiene ni siquiera un menú en Braille. Algunos explicaron que no es fácil hacerlo porque el menú cambia todo el tiempo porque se agregan nuevos platos y los precios cambian con frecuencia. También hay varios a los que nunca se les ocurrió la idea y otros que dicen que un menú accesible forma parte de los planes de la empresa.
Patricia Vázquez, que trabaja en la Unión Nacional de Ciegos coordinando el programa Red Mate, dijo a InfoNegocios que imprimir una hoja en Braille cuesta entre tres y cuatro veces más que una hoja con tinta negra común. “En la UNCU nosotros imprimimos a demanda. El precio depende del producto que quiera el que se acerca a la asociación: si quiere un librillo chico, grande o con rotulado”, dijo. En la Fundación Braille del Uruguay el costo de impresión también es tres veces mayor al de una hoja común, según explicaron, porque la letra ocupa más espacio y se necesita una hoja más gruesa y resistente.
Desde la Fundación Braille del Uruguay comentaron a InfoNegocios que pocas veces imprimieron cartas para restaurantes y que en el 2018 ningún restaurante les hizo encargos.
Vázquez explicó que no es necesario que se tengan muchas unidades de los menú a disposición, pero sí un par por si el cliente lo requiere. “También es importante que se impriman en Macrotipo. Hay muchas personas con baja visión que no leen Braille y prefieren leer el material en ese formato. No está bueno tampoco que llegue la persona ciega o con baja visión y enseguida le den el menú. No todos lo van a querer, tal vez algunos ya saben lo que quieren o prefieren que el mozo les diga que hay para comer. Hay que consultarle a la persona si quiere acceder a él antes de imponérselo”.
Es frecuente que las personas con discapacidad visual elijan comer en restaurantes que conocen, donde están familiarizados con los mozos y saben que ir no les presenta mayores dificultades.
Hay restaurantes que optaron por modernizarse y entregar tablets en lugar del menú tradicional. Para Vázquez es una pena que ningún restaurante de estos haya activado el lector de pantalla en algunos de sus dispositivos que con solo unos clicks, y sin ningún tipo de inversión, puede reproducir un audio que lee todo lo que aparece en la carta.
En julio del 2016, la diputada Valentina Rapela presentó un proyecto de ley que proponía que los restaurantes estuvieran obligados a tener un menú en Braille en cada una de sus mesas. Nunca llegó a convertirse en ley. En Argentina existe una ley que obliga a que tengan al menos un menú por local gastronómico y son pocos los restaurantes que cumplen con esta normativa.
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