Díaz destacó que se vendieron “una cantidad” de “casitas” en barrios periféricos como el Borro, Cerro Norte o Nuevo París, en precios que oscilaron entre los US$ 45.000 y US$ 50.000, pues “la rentabilidad de estas casas en dólares es absurdamente alta” y puede alcanzar el 12%. Carrasco, en cambio, es de “muy lenta” rotación y en venta de casas para vivir (no como renta), los barrios privados fueron los más solicitados. “Más que nunca se valoran los espacios verdes, el parrillero, la piscina en las casas y los amenities en los apartamentos”, señaló, hablando de los cambios en el comportamiento consumidor de los clientes con la crisis sanitaria.
Más allá de esto, “la estrella del año” en Montevideo fueron barrios como Cordón y Centro sur hacia la rambla, acotó Díaz.
En Punta del Este, según dijo Madelón Vega del equipo de la empresa en esa zona, se volvieron “normales” los alquileres anuales, sobre todo por parte de montevideanos. En cuanto a ventas, también registró un aumento de oportunistas uruguayos que adquirieron apartamentos “de primera línea”, valuados en US$ 700.000 en la zona de la Brava y la Mansa por US$ 500.000, siendo los vendedores argentinos que necesitaban liquidez.
Por su parte, el presidente de Re/Max Argentina y Uruguay Sebastián Sosa destacó que la crisis sanitaria dejó claro que la tecnología es una herramienta. “Algo que dejó la pandemia es que el cliente valora el cuidado y la atención de una persona”. “Ahora estamos más cerca del cliente”, agregó.
Los participantes comentaron el hecho de que la firma electrónica tiene total validez en Argentina pero no en Uruguay, donde aún tiene limitaciones jurídicas.
Además, coincidieron en que el principal inversor del año fue uruguayo. “Los argentinos consultaron mucho pero cerraron el mismo porcentaje de operaciones que en años pasados”, acotaron.
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