Primero aclarar que utilizar este método de conservación no afecta la calidad nutricional de estos alimentos. Lo que si puede afectar en algunos, son ciertas perdidas de propiedades organolépticas, es decir: sabor, olor, aroma y textura.
Empecemos por las frutas, TODAS se pueden congelar. Lo más recomendable antes de congelar es lavarlas, desinfectarlas, pelarlas y cortarla para congelar en porciones y poder descongelar directamente la cantidad que necesitamos en el momento. Las frutas cuando las descongelamos no vuelven a tener la misma textura que una fruta fresca, por lo que su utilidad es para hacer licuados, helados, tortas, budines, etc.
En cuanto a los vegetales, la mayoría se pueden congelar menos la papa, boniato, pepino, apio y hojas verdes frágiles como la lechuga, rúcula, entre otras. La clave para congelar de forma correcta los vegetales es: lavarlos, desinfectarlos y luego escaldarlos o blanquearlos, y obviamente guardarlos también en porciones pequeñas para que al descongelar no tengamos desperdicios. Pero, ¿qué es “escaldar o blanquear”? Es simplemente colocar los vegetales en agua hirviendo por unos minutos y luego pasarlos a un bowl con agua bien fría o con hielo para cortar inmediatamente su cocción. Sin embargo, tanto la cebolla como el morrón, podríamos congelarlos directamente picados crudos o ya salteados para acelerar el proceso de un relleno de tarta por ejemplo.
Así que ya saben como congelar las frutas y verduras que quieran. Eso si, tratemos de comprar las de estación ya que van a ser más sabrosas, más nutritivas y más económicas.
Lic. en Nutrición & Health Coach Tatiana Sztryk
Instagram - @nutrifoodielab
E-mail – nutricion.tati@gmail.com
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