La adopción de tecnologías como pagos móviles, billeteras digitales y transferencias instantáneas ha aumentado significativamente. Según datos del BCU, el uso de medios de pago electrónicos creció un 35% en el último año, superando por primera vez a las transacciones en efectivo.
Estamos presenciando una revolución en la forma en que los uruguayos manejan su dinero.
La Ley de Inclusión Financiera, implementada en etapas desde 2014, ha sido un catalizador para la modernización del sistema de pagos. Esta legislación ha promovido la bancarización de la población y ha incentivado el uso de medios de pago electrónicos.
La transferencia instantánea, la opción de enviar dinero a través de un alias, la posibilidad de hacerlo entre distintas instituciones financieras y la próxima salida del pago con QR sentarán las bases para seguir avanzando y comenzar a emparejar al resto de Sudamérica.
El sector privado también ha sido un actor clave; bancos tradicionales y nuevas fintech compiten y colaboran para ofrecer soluciones innovadoras. El Open Banking abre la posibilidad de creaciones de APIs, de ecosistemas financieros que atraviesan distintas verticales y tipos de industria.
El futuro de los pagos es prometedor. Esperamos ver una mayor integración de tecnologías como la inteligencia artificial y el blockchain, que podrían llevar la eficiencia y la seguridad de las transacciones a un nuevo nivel.
Esta evolución en los medios de pago no solo está transformando la economía uruguaya, sino que también posiciona al país como un referente regional en innovación financiera. Con una población cada vez más digitalizada y un marco regulatorio favorable, se prepara para liderar la próxima ola de innovación en servicios financieros en América Latina.
Rosana Mazza, socia de PwC Argentina y líder de la práctica de Consultoría en Servicios Financieros para PwC Uruguay.