Debemos definir dónde nos proyectamos en unos años, planificar nuestro desarrollo profesional, estar informados sobre las tendencias y el futuro del trabajo, sin renunciar a la vocación, a lo que nos apasiona y a aquello en lo que nos gustaría crecer y construir carrera. Debemos fijarnos metas de formación a corto, mediano y largo plazo, ya que al ingresar al mercado laboral también podemos ir descubriendo otras áreas de interés.
Formarnos en ciertos campos por conveniencia, tradición, mandato familiar o porque suponemos que ganaremos más quizá nos lleve a ser trabajadores poco felices, dado que faltará pasión en lo que hacemos.
Los conocimientos que adquirimos nos acompañan y van con nosotros siempre. Invertir en nuestra capacitación genera una marca personal más fuerte, además de fortalecer nuestra empleabilidad aquí o en donde nos toque o elijamos estar.
Somos responsables de crear nuestro propio plan de negocio para lanzar nuestra marca personal en el mercado laboral. Conocernos a nosotros mismos, tratar de tener claro qué nos interesa, conocer lo que nos apasiona y a lo que verdaderamente nos queremos dedicar, así como informarnos sobre las opciones que el mercado ofrece, las oportunidades y las tendencias, suma para mejorar el plan de negocio personal.
Por: Geraldine Delfino, senior manager de Selección de Personal de PwC Uruguay.