En las culturas de desempeño, las personas están decididas a demostrar su valía y a menudo se apegan a las mejores prácticas. El riesgo es que una vez que se declara que una rutina es “la mejor”, tiende a congelarse en el tiempo y se deja de cuestionar si la misma podría mejorar. Sin embargo, en las culturas de aprendizaje, las personas están más interesadas en mejorarse a sí mismas y a la organización que las rodea. Es por esto, que el aprendizaje organizacional debería ser una actividad continua.
Para construir una cultura de aprendizaje, necesitamos crear un tipo específico de responsabilidad, una que lleve a las personas a pensar nuevamente sobre sus decisiones.
La base de una cultura de aprendizaje es la seguridad psicológica: poder correr riesgos sin temor a las represalias. La evidencia muestra que cuando los equipos tienen seguridad psicológica, están más dispuestos a reconocer sus propios errores y descubrir cómo evitar que se repliquen. También se sienten más cómodos planteando ciertos problemas y explorando soluciones innovadoras.
El consejo para los líderes en cuanto a la construcción de la seguridad psicológica es, modelar la apertura y la inclusión de los colaboradores, pidiéndoles feedback sobre la mejora continua de la empresa para que las personas se sientan habilitadas y con confianza.
Por:
María José Barreiro, gerente de Consultoría en Gestión Humana de PwC.
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Virginia Rey, senior de Gestión Humana de PwC.
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