La ciberseguridad está evolucionando rápidamente, y la inteligencia artificial autónoma se posiciona como un factor clave en esta transformación según el informe “Agents of change: The rise of autonomous AI in cybersecurity” elaborado por PwC. Según el estudio, a medida que las organizaciones adoptan soluciones digitales más complejas, también enfrentan amenazas más sofisticadas, entornos híbridos difíciles de proteger y una creciente dependencia de herramientas de terceros. En este contexto, la IA autónoma no solo representa una innovación tecnológica, sino una necesidad estratégica.
Esta tecnología permite automatizar tareas críticas como la detección de anomalías, la respuesta a incidentes y la gestión de riesgos, lo que mejora la eficiencia operativa y reduce la exposición a ataques. Además, su capacidad para aprender y adaptarse en tiempo real fortalece la resiliencia frente a amenazas emergentes. La IA también ayuda a identificar vulnerabilidades ocultas, incluso en entornos donde el “shadow IT” prolifera sin control.
PwC destaca la importancia de implementar estas soluciones bajo un marco de IA responsable, que garantice transparencia, ética y gobernanza. Adoptar IA autónoma con estos principios no solo mejora la postura de seguridad, sino que también refuerza la confianza de clientes, socios y reguladores. En definitiva, la IA autónoma no reemplaza al talento humano, sino que lo potencia, permitiendo a los equipos de ciberseguridad enfocarse en decisiones estratégicas de mayor impacto.
Por: Diego Taich, socio de PwC, líder de la práctica de Cybersecurity, Technology & Forensics para Argentina, Paraguay y Uruguay