Desde PwC decimos que la dinámica del dólar en 2022 resultó en un “puzzle”, ya que los datos disponibles y observables no nos permitían explicar un dólar que subía en el mundo y caía en Uruguay. Algunas de las explicaciones: el ingreso récord de divisas por las exportaciones o el buen desempeño de la Inversión Extranjera Directa. La primera de las explicaciones podría haber justificado la baja en la primera mitad del año pero no la discrepancia hasta octubre.
El BCU, en su Informe de Política Monetaria del cuarto trimestre, analizó el mercado cambiario por la posición de cada agente institucional. Los hogares y empresas resultaron vendedores netos de divisas mientras que el sector público y los fondos de ahorro previsional fueron compradores netos de divisas. En 2022, los hogares y empresas aumentaron las ventas netas de dólares, lo que en definitiva podría haber impactado a la baja la cotización (al contar con más oferta de dólares).
Los principales canales del mercado de cambios son BEVSA y el mercado Over The Counter (OTC), este último identificado con operaciones por fuera de las bolsas y en las que las partes acuerdan la forma en que liquidan el instrumento negociado. En el mercado OTC las transacciones pueden ser spot o forward y pueden participar tanto el sector público como privados.
La participación de BEVSA (la bolsa de valores) representa algo más del 50% del total de operaciones (USD 9.714 millones en 2022) y mientras que el OTC ha ido creciendo en importancia (pasando de 30% en 2020 a 43% en 2022). Dentro de la multiplicidad de transacciones que se dan en este mercado, se dan las operaciones forward que realizan las empresas públicas.
¿Qué esperamos del dólar 2023? Desde finales del 2022 y comienzos del 2023 se alinearon el contexto externo (la desaceleración de la inflación en Estados Unidos) y la dinámica local. Cada vez más, 2023 se parecería a 2022.
Por:
Joaquín Cerecetto, senior de Consultoría Económica de PwC Uruguay.
Ramón Pampín, gerente de Consultoría Económica de PwC Uruguay.