La década de 1920 no era terreno fértil para que Juana Pereyra y Emilia Loedel persigan sus sueños y se transformen en las primeras mujeres ingenieras de Uruguay. Estereotipos arraigados, presiones familiares y tradiciones sociales tuvieron que ser derribadas para que, ante todo pronóstico, las dos mujeres logren egresar de la Universidad de la República y convertirse en precursoras para toda Latinoamérica.
En la actualidad, aunque ha habido un progreso significativo, el panorama sigue siendo desafiante, y lo que Juana Pereyra y Emilia Loedel lograron hace más de 100 años, para muchas mujeres todavía parece inalcanzable. Según datos de Mujeres en Tecnología (Women in Tech) 2023, a nivel mundial, las mujeres representan solamente el 16% de licenciados en Informática y Ciencias de la Información. Además, menos de un tercio de la fuerza laboral en áreas TI son chicas, solo un 28% en total. Particularmente en Uruguay, un informe elaborado el año pasado por la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (Cuti) demostró que el porcentaje de mujeres en el sector sigue siendo sustancialmente menor que el de hombres. El 71 % de los estudiantes que ingresaron a carreras en el área de tecnología fueron hombres y el restante 29% fueron mujeres.
El Día del Ingeniero Nacional se celebra en Uruguay cada 12 de octubre en conmemoración del primer acto de colación de grado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, que tuvo lugar el mismo día del año 1892. Pero también es una oportunidad para rendir homenaje a todas las mujeres uruguayas que han abierto camino en una profesión tradicionalmente dominada por hombres, recordar la creciente influencia e importancia de las mujeres en el campo de la ingeniería y todas las disciplinas STEM, y atraer la atención sobre la importancia de facilitar una mayor participación en el área.
Juntar esfuerzos para promover esta hazaña implica un beneficio doble: no solo significa el desarrollo de una mejor y más inclusiva sociedad, sino que también impulsa el crecimiento económico. Según datos del Banco Mundial, la desigualdad entre las mujeres y los hombres podría estar costándole a Uruguay un 13% del PBI per cápita: Uruguay podría producir hasta USD 2100 más por persona si las mujeres participaran en el mercado laboral igual que los hombres, y más aún en una profesión como la Ingeniería, que es de las más demandadas en la actualidad.
Visibilizar tanto la brecha existente como los beneficios de la inclusión en la industria es un primer paso para que más mujeres se animen a desbloquear su potencial. A su vez, iniciativas tanto públicas como privadas deben asumir el compromiso de crear espacios seguros y acogedores para las mujeres, que contribuyan a combatir estereotipos de género, para garantizar la atracción y retención de talento en el campo.
En Nearsure, la igualdad de género impregna diversas acciones orientadas a las disciplinas STEM. Entre ellas, destaco nuestra asociación con MediaChicas, una organización sin fines de lucro que trabaja por la inclusión de mujeres en la tecnología en América Latina. A través de esta asociación, ofrecemos becas para cursos que brindan educación a mujeres que desean ingresar al campo de la tecnología. Se otorgan más de 200 becas de estudio a mujeres latinoamericanas, capacitándolas con oportunidades en este sector.
En un entorno históricamente marcado por la exclusión, la presencia de mujeres como Juana Pereyra y Emilia Loedel es fundamental para abrir puertas y romper techos de cristal. Sus logros, así como los de millones de mujeres ingenieras, no solo fueron hitos personales, sino que actos de resistencia contra una sociedad que en muchos casos todavía relega a las mujeres a roles secundarios. Hoy en día, el cambio de paradigma es innegable, y cada vez son más las mujeres que contribuyen con su talento y conocimiento a transformar el mundo. Con estímulo y acceso, pueden crear soluciones para problemas locales, promover la inclusión digital e inspirar a otras niñas a seguir sus pasos.