Hace algunos días corrió la noticia de que un exrugbier uruguayo, identificado como G.C. y por el apodo “el lechuga”, se encuentra en el centro de un escándalo financiero que podría sumar pérdidas de hasta 65 millones de dólares que, según supo InfoNegocios puede transformarse en una cifra bastante mayor. La investigación, revelada por el periodista Eduardo Preve en La Tapadita de radio M24, involucra fondos de alrededor de 200 personas, incluyendo empresarios de Brasil y Argentina, quienes confiaron en las promesas de alta rentabilidad del exdeportista. Empresarios opinan y advierten sobre estas maniobras.
Conocido por su paso en Carrasco Polo y en Los Teros, el lechuga había ganado notoriedad en el ámbito empresarial y financiero, donde ofrecía rendimientos de hasta un 6% mensual en dólares, una cifra sumamente atractiva. Sin embargo, las alertas surgieron cuando los pagos prometidos comenzaron a retrasarse y luego desaparecieron por completo. Hoy, las autoridades uruguayas intentan rastrear el paradero de los fondos, y se cree que G.C. habría huido a Estados Unidos junto a su familia.
Con este escenario, desde la redacción salimos a pedir la opinión de dos referentes del mercado de inversiones local y regional sobre este tema, las posibles razones y precauciones que es necesario tomar a la hora de invertir.
Martín Litwak: “La falta de educación financiera hace vulnerables a los inversores”
Ante la conmoción por este caso, Martín Litwak, experto en planificación patrimonial, compartió su visión con InfoNegocios: "Resulta increíble que en pleno 2024 sigan ocurriendo estas situaciones, especialmente con toda la información disponible". Litwak subraya la falta de ética de quienes montan estas estafas, pero también identifica patrones en las víctimas, que suelen ser personas con ambición desmedida o sin conocimientos financieros básicos.
Para Litwak, la educación financiera es clave: “Es fundamental reformar los planes de estudio para incluir educación financiera, conocimientos sobre impuestos y protección patrimonial”. Según él, en países donde se ha implementado, las estafas de este tipo son casi inexistentes. “Nadie cae en inversiones que prometen rendimientos irreales”, destaca.
Javier Agustín Vigo: “No hipoteques tu tranquilidad por avaricia”
Javier Agustín Vigo, presidente de Pilay Uruguay, también expresó su opinión sobre este caso y otros similares que han sacudido la región este año: "Este año viene siendo movido con los casos de estafas y negocios mal administrados tanto en Uruguay como en Argentina. Hay una combinación de ingenuidad, avaricia y no querer ver las señales de alerta”. Vigo se refirió también a la falta de escrúpulos de los estafadores, quienes, como en el caso de Rainbow en San Pedro, Argentina, lograron captar los ahorros de personas de recursos limitados.
Vigo fue enfático sobre las señales de alerta en estas inversiones. “Si te dicen que la inversión da un 6% mensual por el efecto del interés compuesto, esa inversión a los 12 meses te permitiría duplicar el capital. ¿Muy tentador? ¿Muy irreal?”. Vigo resalta lo poco sostenible de promesas de rentabilidad tan altas, especialmente en criptomonedas, que son notoriamente volátiles. “¿Las cripto suben y bajan; será un genio que logró una suba constante?”, ironiza.
Además, Vigo advierte que, para una operación de 65 millones de dólares, probablemente haya habido “una ingeniería financiera, jurídica y personas ‘creíbles’, además de inversores que en algunos casos intentaban ocultar dinero no declarado mediante criptomonedas”.
Finalmente, Vigo recomienda: “No hipoteques tu tranquilidad por una avaricia desmedida y lee siempre los contratos, desconfía de las rentabilidades extraordinarias”.
Reflexiones y recomendaciones para los inversionistas
Este caso se convierte en un llamado de atención para quienes buscan invertir en productos de alto rendimiento, sin realizar una verificación exhaustiva. Tanto Litwak como Vigo coinciden en que, para prevenir estos escenarios, es crucial contar con educación financiera, ser cautelosos con las promesas de altas rentabilidades y estar dispuestos a cuestionar la transparencia de los esquemas de inversión.
La conclusión de ambos expertos es clara: antes de dejarse seducir por la promesa de rentabilidad fácil, hay que detenerse a analizar el riesgo y ser conscientes de que “si algo parece demasiado bueno para ser cierto, desconfía más de lo habitual”.