¿Qué perfil tienen las empresas que buscan estar en Zonamerica?
Hay dos grandes familias de rubros. Por un lado está la logística y distribución regional y por el otro están los servicios globales y regionales. Logística y distribución regional es algo que está en el ADN de Uruguay desde antes de que fuera país. Los servicios globales incluyen servicios profesionales, centros de servicios compartidos, actividad financiera, empresas farmacéuticas. Hay más de 300 empresas.
¿Qué beneficios obtienen las empresas por estar en una zona franca además del descuento impositivo?
La primera ventaja es la seguridad, la certeza de que las condiciones que le llevaron a tomar la decisión de establecerse en una zona franca no podrán ser vulneradas por acciones del gobierno durante el largo de su contrato, bajo la garantía de reembolsar costos adicionales por daños y perjuicios. Esto significa que para empresas que tienen un período largo de maduración de sus inversiones, como las fabricantes de pulpa de celulosa, van a anclar una inversión importante condicionadas por las condiciones imperantes al momento de la adquisición, con la seguridad de que se van a respetar esas condiciones. Es una certeza jurídica que no es fácil de encontrar en otros regímenes de zona franca.
¿Hay más espacio para zonas francas en Uruguay?
Si, hay más espacio. Porque el mercado al que servimos no es el local, es el mundo. Esto no quiere decir que la demanda vaya a crecer de manera desmesurada; hay un elemento que, a mi parecer, pone un signo de interrogación en el desarrollo futuro, que es todo lo que tiene que ver con la iniciativa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de crear un impuesto mínimo global a la renta corporativa del 15%. Eso puede crear algunas dificultades al desarrollo de zonas francas en Uruguay y en otros países. Pero hay tiempo y nos podemos adaptar.