“Al que no se recicla se lo comen los piojos”, dice el director del emprendimiento Leandro Añón, sobre las propuestas gastronómicas que se adaptaron a los tiempos y hoy venden por ejemplo Lasagna del bosque por 440 pesos para dos personas o a 1.320 para seis, como lo hace Maximiliano Piñeyrúa.
Empanadas, pizzas, productos congelados y comida para perros entre otras tantas cosas van y vienen a las casas donde viven unas 800 familias.
Otro hecho distinto que cambia la cotidianeidad de la vida en la Tahona son las muestras de solidaridad entre los habitantes del barrio, quienes por ejemplo, se unieron para armar canastas de alimentos para barrios humildes o se ayudan entre sí para todos tener acceso a alcohol en gel.
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