En Alcance, el promedio de edad de los Asistentes de Familia (AF) oscila entre los 45 y 50 años, una cifra que tradicionalmente ha reflejado el dominio de personas mayores en este rubro. Sin embargo, García revela que en los últimos años hubo un aumento en el interés de personas más jóvenes por esta ocupación. "Esto muestra cómo el rol de cuidador se está profesionalizando y adquiriendo una nueva valoración", explica. La función de cuidador, históricamente menospreciada, está comenzando a ser vista de forma positiva y respetuosa, gracias a quienes han trabajado para darle el reconocimiento que merece.
Los usuarios y sus familias tienen expectativas claras hacia los cuidadores: la calidez humana y la vocación de servicio siguen siendo aspectos esenciales en los momentos de vulnerabilidad. En este sentido, Alcance implementó un sistema de capacitación continua que refuerza tanto la técnica como la empatía. Además, la empresa promueve una política de "cuidar a quienes cuidan", creando un ambiente en el que los colaboradores se sienten valorados y apoyados.
El equipo de cuidadores de Alcance sigue siendo mayoritariamente femenino, aunque cada vez hay más hombres que desempeñan este rol con gran dedicación. "Esta tendencia refleja la percepción social del cuidado como una tarea femenina", comenta García, quien reconoce el aporte de los hombres en la empresa y su compromiso con esta vocación.
En una profesión tan demandante, el bienestar emocional de los cuidadores es crucial. Con capacitaciones en habilidades blandas y gestión emocional, además de un sistema de seguimiento en salud, la empresa busca crear un entorno de apoyo que permita a los cuidadores gestionar el estrés de forma efectiva. "Nos importa mucho la salud emocional de nuestros cuidadores, porque creemos que para cuidar bien a los demás, primero deben sentirse bien ellos mismos", subraya García.
Con un enfoque preventivo hacia el burnout, Alcance realiza un seguimiento personalizado de sus empleados y brinda herramientas para el manejo del estrés. Si alguien presenta señales de agotamiento, cuenta con apoyo especializado que le permite recuperarse sin afectar su desempeño o el bienestar de los usuarios.
A futuro, García prevé que el equilibrio entre salud física y mental será aún más importante en el ámbito de los cuidados en Uruguay. "El perfil del cuidador se adaptará a esta demanda, buscando también apoyar emocionalmente a quienes atiende. Es un desafío que estamos preparando para enfrentar", concluye.
En este Día Internacional de las Personas Cuidadoras, quedó en evidencia que la labor de estos profesionales es mucho más que un trabajo; es una vocación que exige empatía, dedicación y una constante adaptación a las nuevas necesidades de la sociedad.
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